Justice

El regreso de Justice, en 5 claves

El dúo francés acaba de publicar “Hyperdrama”, una puesta al día de su electrónica con espíritu rock y gran intuición pop

Por Juan Manuel Freire

Casi seis años después de “Woman”, Gaspard Augé y Xavier de Rosnay están de regreso con el ambicioso “Hyperdrama”, una puesta al día de su electrónica con espíritu rock y gran intuición pop. Invitados de renombre, como Tame Impala o Miguel, dan lustre adicional a un sonido que nunca ha llegado tan pulido a los surcos. ¿Se han ablandado los antiguos punks? Quizá, pero al parecer su directo seguirá siendo aplastante. Aquí van cinco claves de esta nueva etapa.

1. Travesía del (casi) desierto

Cuando el grupo anunció algo misteriosamente en 2020, pocos creían que dicho misterio fuera a hacerse esperar otros cuatro años. Entre medias, Augé publicó el álbum en solitario “Escapades” (2021), colección de cortes escapistas, muy maximalistas, con alto componente de banda sonora imaginaria. Antes, ese mismo año, el dúo había enviado una carta de cese y desistimiento a Justin Bieber por el uso indebido del logo de la cruz de Justice en el artwork y merchandising de un álbum llamado, rizando el rizo… “Justice”.

A finales de 2022 tampoco hubo disco nuevo, sino la reedición de 15º aniversario de su debut “†”, o “Cross”, de 2007, con el añadido de seis rarezas, en su mayoría maquetas de temas bien conocidos, el mítico “D.A.N.C.E.” incluido. Fue en junio de 2023 cuando Pedro Winter (alias Busy P), dueño del sello Ed Banger, confirmaba a la emisora pública francesa France Inter lo que muchos esperaban: “El retorno de Justice es oficial, ahora ya os lo puedo decir. Habrá un nuevo álbum y una nueva gira en 2024”.


2. Sonidos que no saben coexistir

En el comunicado lanzado con el anuncio oficial del disco, a finales de enero, Justice explicaban así su proyecto sónico con este álbum: “El disco/funk y la electrónica en general han sido siempre elementos centrales de la música que hacemos como Justice. En ‘Hyperdrama’ hacemos que coexistan, pero no de forma pacífica. Nos gusta la idea de que luchen un poco por la atención”. Un buen ejemplo de ello es uno de los primeros singles, “One Night/All Night”, colaboración con Tame Impala que hace chocar lo clásicamente disco con lo electrónico y maximalista. Parecida táctica siguen en “Afterimage”, en la que techno afilado se mezcla con R&B de lo más aéreo, o la posterior “Incognito”, un corte que, según ellos, resulta de “desaprender” todo lo que sabían sobre estructuras de canción.

Por otro lado, esas fricciones tampoco son tan habituales y Justice parecen haber buscado, en realidad, su disco más pulido y adulto hasta la fecha, como siguiendo los pasos de Daft Punk en “Random Access Memories” (2013), pero cabe preguntarse si con la misma inspiración compositiva o sentido de la aventura.


3. Invitados de renombre

“One Night/All Night” no es el único mano a mano con Kevin Parker de Tame Impala: el álbum se abre con “Neverender”, un corte, admitámoslo, menos efectivo que el citado single. Por otro lado, Rimon pone voz a la citada “Afterimage” y, por el camino, se aleja del R&B terapéutico al que nos había acostumbrado con temas como el revelador “Grace” y “Build Me a House”, su mano a mano con Tiggs Da Author; Miguel saca su mejor falsete para acercarse (nuevamente) a Prince en una “Saturnine” que, por momentos, con esos sonidos casi de música concreta, suena a Art Of Noise; los gemelos pop The Flints susurran con carisma en “Mannequin Love” –que algunos han querido ver como una referencia al videoclip del “Instant Crush” de Daft Punk, sobre dos maniquíes que se enamoran, recordemos–, y el bajista/cantante de difícil clasificación Thundercat entona “The End”, cierre optimista sobre la futura reputación del disco: “Este es el final/ Y recordaré este sentimiento”. Cree que no olvidaremos “Hyperdrama”.


4. Cómo lo ha recibido la crítica

Las reseñas han sido, en general, educadas, sin grandes entusiasmos más allá de esas algo exageradas cinco estrellas de ‘NME’ o la entregada crítica de ‘Les Inrockuptibles’. El consenso general es que, en contraste con ese título tan desatado, el cuarto álbum de Justice anda algo escaso en los escalofríos viscerales que cabría esperar de ellos. En opinión de este cronista, el álbum toca techo muy pronto, con esa “Generator” equidistante de Michael Jackson y los T99 de “Anasthasia”, para después caer en un cierto exceso de amabilidad solo perturbado por los giros dislocados de “Incognito”.

“En algún momento, Justice se pasaron aparentemente del cigarrillo al vapeo, y esa transición se puede rastrear de algún modo en el sonido atenuado de ‘Hyperdrama’”, escribe Philip Sherburne en ‘Pitchfork’. “Justice todavía son capaces de una excitación cruda, pero en Hyperdrama se muestran demasiado pulidos y brillantes”, coincide Ammar Kalia en ‘The Observer’. “Solo un puñado de temas podrían encender un club”, remata Mason Oldridge en ‘The Independent’, invitándonos a colocar “Generator” o “One Night/All Night” en repeat y olvidarnos de casi todo lo demás.


5. Otro directo aplastante

Lo que parece fuera de duda es la capacidad de Justice para ofrecer shows inolvidables, como debería serlo el del próximo Primavera Sound. En el reciente Coachella ofrecieron su primer show en seis años y, al parecer, no defraudaron. En ‘Spin’ han hablado de “una experiencia audiovisual que es como adentrarse en un futuro de ciencia ficción” y descrito el equipamiento como “once toneladas de tecnología de iluminación expertamente acompasadas y coreografiadas para encajar con los latigazos de la banda sonora del dúo”. Según explicaba ‘The New York Times’, costó año y medio construir el nuevo dispositivo, de nuevo creación de su habitual diseñador de iluminación Vincent Lérisson. Pero, lo dicho, el recuerdo podría durar para siempre.


Foto: André Chémétoff

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