Fred again.. o cómo convertir el ahora en música en “USB002”
Fred again.. convierte la gira en laboratorio y el pendrive en manifiesto: música electrónica en tiempo real, pensada para vivirse antes que archivarse
| Por Álvaro García Montoliu
Lo primero que hay que entender sobre “USB002” es que no existe sin el movimiento que lo rodea. Este no es un disco que aparece, se queda quieto y espera ser juzgado. Se mueve. Viaja. Respira en tiempo real. Fred again.. no se limitó a publicar canciones: construyó un circuito vivo, una gira de diez semanas y diez ciudades en la que cada tema se estrenaba semana a semana, probado primero frente a un público real antes de fijarse en las plataformas. Ese contexto es clave, porque “USB002” no aspira a la idea clásica de lo “atemporal”. Aspira a estar vivo.
Si has seguido a Fred durante el último año, da la sensación de que es un artista que se niega a frenar porque el propio impulso se ha convertido en parte de la obra. La gira (diez conciertos, diez ciudades, una canción nueva cada semana) se sintió menos como una campaña promocional y más como un experimento continuo sobre la presencia. Salas sin móviles. Pegatinas cubriendo las cámaras. Y, al mismo tiempo, una única excepción: el concierto de Dublín grabado y emitido, casi como una cápsula del tiempo en mitad del torbellino. Esa tensión entre lo efímero y lo permanente atraviesa “USB002” de principio a fin.
El concepto USB es tan simple como brillante. Es el pendrive del DJ convertido en álbum: ese dispositivo que sacas del bolsillo a las dos de la mañana sabiendo que puede salvar o arruinar una pista. A diferencia de “Actual Life” (2021), donde la emoción pasaba por lo íntimo y lo confesional, “USB002” es abiertamente funcional. Son temas pensados para mover cuerpos antes que para invitar a la introspección.
A nivel sonoro, “USB002” muestra a un Fred completamente cómodo como nodo central de la cultura electrónica actual. UK garage, techno, breaks, drum’n’bass: todo está ahí, con una producción precisa, musculosa y muy controlada. Hay intensidad, pero también contención. Se nota a un productor que sabe exactamente cuánta locura permitir antes de que el tema se desmorone. Pistas como “..FEISTY” o “ICEY..” golpean con una energía casi industrial, pero siempre con una claridad heredada de su pasado en el pop, donde cada elemento encuentra su espacio incluso en el caos.
El listado de colaboradores impresiona no solo por su tamaño, sino por su amplitud. Danny Brown y JPEGMAFIA aportan filo, desorden y tensión. Amyl and the Sniffers introducen una energía punk que Fred reconfigura en clave rave. Sammy Virji y KETTAMA anclan el proyecto en el presente del club británico, mientras que Caribou y Floating Points aportan profundidad histórica, recordándonos que Fred no solo persigue el ahora, sino que dialoga con décadas de música de baile.
Eso sí, “USB002” no es un disco de colaboraciones transformadoras. Los invitados entran en el universo de Fred más de lo que él se disuelve en el suyo. La huella sonora sigue siendo inequívocamente suya: acordes expansivos, suspensiones emocionales, drops diseñados para la catarsis.
¿Funciona “USB002” como álbum en el sentido tradicional? Quizá esa no sea la pregunta adecuada. Esto no es un arco narrativo cerrado, sino una fotografía del movimiento. Un artista que elige la abundancia frente a la depuración, el flujo frente a la conclusión. Hay momentos en los que uno desea más riesgo, más ruptura, especialmente teniendo en cuenta lo radical del formato. Pero también hay algo profundamente honesto en eso. Fred no pretende que este sea el manifiesto definitivo. Está diciendo: aquí es donde estoy ahora.
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