Rosalía anuncia “LUX”, su cuarto álbum
El próximo disco de Rosalía está inspirado en la divinidad y verá la luz el 7 de noviembre
| Por Diego Rubio
Las últimas semanas han sido un poco locura con todo lo que rodea a Rosalía, circunstancia relativamente comprensible teniendo en cuenta la histeria que a veces demuestra su fandom. Una desactivación tonta de la cuenta de X (Twitter), una partitura con el nombre “Berghain” –mítico templo del techno alemán, famoso sobre todo por su exigente y algo racista política de admisión– subida a Substack que muchos fans se encargaron de interpretar en muy diversos instrumentos e incluso a descifrar por si incluía mensajes ocultos en braille… Todo se revolucionó definitivamente tras un cartel aparecido en Callao, en blanco y negro y con la mirada difuminada de la catalana sobre la partitura de “Berghain”, y con el anuncio casi inmediato de una entrevista en Radio Noia, un podcast de Radio Primavera Sound.
Lo que muchos hubieran considerado una revelación de R4 finalmente no fue tal, más bien solo una charla distendida entre amigas en la que Rosalía se esforzó por ir adelantando algunas de las ideas en las que está inspirado su nuevo disco: la idea de receptáculo divino y de espacio para la divinidad, la inspiración como algo trascendental y, quizá, el complejo mesiánico al que ella misma apuntaba ya con aquella camiseta grabada con el mensaje “God Complex” durante un desayuno en París. Y quizá desde ese momento, ante la relativa falta de realidades y el exceso de rumorología, demos filtradas, fechas sugeridas y guías sonoras entre la música clásica y el techno, empezó a desatarse la histeria colectiva.
Toda la semana pasada fue, de hecho, una especie de calvario en este sentido, con todo tipo de noticias fake, falsas portadas, falsos snippets, falsos tracklist, falsas colaboraciones… Incluso se extendió el rumor de que Rosalía iba a presentar una nueva canción, hipotética colaboración con Guitarricadelafuente, en el concierto en Madrid del valenciano –al que sí acudió, por cierto–, conduciendo la narrativa al absoluto delirio. Toda esta vorágine, de algún modo, terminó ayer con el primer anuncio oficial de esta nueva era, aunque tampoco lo hiciera de la manera más climática posible.
Rosalía: dios, luz… y humo.
La idea pintaba espectacular, y nos recordaba a aquel TikTok con el que Rosalía revolucionó la industria en los días de presentación de “MOTOMAMI” (2022): estábamos citados en su perfil de la plataforma a las 20:45 horas de ayer para un directo. Cuando se conectó, con algo de retraso, simplemente la estaban maquillando para nadie sabe muy bien qué. Apenas comenzado el directo, Rosalía se muestra “preocupada” porque en Nueva York ya han soltado el anuncio, que hace oficiales el título del álbum –“LUX”–, la foto de portada –Rosalía en hábito de monja pero con los brazos por dentro, simulando una camisa de fuerza– y la inminente fecha de lanzamiento, el próximo 7 de noviembre. Y empiezan a hacer bromas con Callao, invitando a los fans a reunirse allí.
Efectivamente toda la Gran Vía, empezando por Callao, luce una cuenta regresiva en sus pantallas, y mientras tanto Rosalía recorre con su equipo las calles de la ciudad conduciendo un GT-R mientras fuma. Le banean el directo en TikTok por infringir las normas de la comunidad, reabre improvisadamente en Instagram…Finalmente, y a tiempo, Rosi llega a Gran Vía, se baja del coche y arranca a correr por en medio de la calle esquivando fans, hasta llegar al hotel donde va a contemplar el encendido… y ya.
El mayor problema de lo de ayer es que si en algo conecta con la idea estética de Rosalía para este disco es en la venta de humo y estampitas. Generó expectación, convocó a la gente y, como Dios, apenas salió a saludar. No hubo previa de canción alguna desde el coche, como imaginamos muchos que haría siguiendo el ejemplo de Kanye West, Bad Bunny o Bad Gyal, ni nada que no acabara demandando, de nuevo, un acto de fe. Al parecer fue la policía nacional la que recomendó a Rosalía no salir al exterior debido a las aglomeraciones, pero la verdad es que no me imagino a un ser divino dándoles la razón y no diciéndoles con mucha solemnidad, respeto y educación aquello de que “dejad que los niños se acerquen a mí”.
Yo solo espero que todo ese humo, y esos delirios de grandeza, no hayan enturbiado la música que contenga “LUX”. Al final que la importancia de todo recae en esa dimensión es algo que Rosalía no se cansa de repetir, aunque sus actos, demasiado medidos y calendarizados por una Industria que parece más una Iglesia, pongan bastante difícil el seguir manteniendo la fe.
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