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En “Aguachile” India Martínez fusiona el flamenco y el folclore mexicano

En “Aguachile”, el nuevo álbum de India Martínez, la artista andaluza encuentra en el folclore mexicano la propuesta artística que necesita

| Por Marta España


Con “Aguachile”, India Martínez firma un disco de costumbres, que bucea por los archivos históricos y que se transmite de generación en generación. El título no es casual, pues el aguachile es un plato tradicional del norte de México, picante y fresco a partes iguales, que aquí funciona como metáfora sensorial de lo que propone el álbum, es decir, un cruce de sabores aparentemente opuestos que, juntos, logran un equilibrio: este es el caso de la fusión entre el flamenco y el folclore mexicano, la nueva obsesión de la artista andaluza.

En entrevistas recientes, India Martínez se ha mostrado algo molesta con las emisoras de radio españolas, pues considera que, pese al alcance internacional de su proyecto, Martínez se mantiene en un segundo plano dentro del dial o, directamente, ni siquiera suena. La cordobesa colaboró hace dos meses con Will Smith en una fusión de flamenco con hip-hop, y cuenta también con colaboraciones con Enrique Iglesias, Lele Pons o Greeicy: nada es suficiente para sonar en la radio española, comenta. Quizás, por eso, encuentra en el folclore mexicano la propuesta artística que necesita: sintiéndose ninguneada en su país de origen, la andaluza busca su apoyo fuera. La unión de una ranchera con una rumba, en este caso, parece la mejor opción.


Pese a sus diferencias geográficas, ambos géneros comparten una raíz común: el dramatismo de lo cotidiano, la épica del amor perdido, el peso del linaje. India Martínez, que lleva años navegando entre la canción melódica, el pop latino y el quejío, encuentra en esta alianza una forma de decir lo mismo, pero de diferente forma. Las rancheras, los corridos tumbados, el bolero y la copla se rozan con naturalidad, poniendo detalle en el nexo histórico que han tenido siempre: “Aguachile” es un álbum que parte de la venganza que da el despecho. “¿Cuándo has visto que el caviar lo sirvan de segundo plato? (…) Te tomé por un gran hombre y solo eres un niñato”, canta en “Caviar”, o “Mátenme, mucho mejor para mí pa' no verte la cara, nada de qué arrepentirme, si no vales nada” es lo que dice en “Karma”, con la colaboración de Eden Muñoz. La música de India Martínez siempre ha quedado supeditada al melodrama, y anclada a un dolor culturalmente asociado al cante flamenco, si bien en su nuevo disco se permite jugar algo más con el humor resentido que pueden dejar las rupturas (algo tan típico, también, de las canciones del otro lado del charco).


Grabado entre España, México y Miami, “Aguachile” destaca por su producción orgánica y su enfoque artesanal. India firma la mayoría de los temas y se rodea de figuras clave del panorama mexicano actual, como Edén Muñoz, Ángela Aguilar o La Adictiva, a la vez que rinde homenaje a una tierra ajena pero amada con un par de versiones: en “Ovarios”, reinterpreta un clásico de Jenni Rivera, mientras que en “Se me olvidó otra vez”, revisita a Juan Gabriel. De este modo, establece un diálogo con una tradición que la artista reconoce como propia, no por nacimiento, sino por herencia emocional. Y en ese gesto, India no solo celebra a México, sino que también reformula su propia identidad.

Así, en “Aguachile”, India Martínez no se disfraza de otra cosa: lo que hace es tender puentes. Las guitarras españolas dialogan con los arreglos a viento metal modo mariachi, dejando de lado los artificios del pop latino actual más comercial. En un momento en el que lo global parece uniformarlo todo, “Aguachile” reivindica la importancia de los acentos, del origen y de la pertenencia: aunque ésta pertenencia, en su caso, sea múltiple.

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