Bad Bunny por Will Heath

Cinco detalles de Bad Bunny en SNL

Bad Bunny debutó como host en Saturday Night Live, el mítico show de comedia en directo estadounidense

Por Diego Rubio

Lo de Bad Bunny se estudiará en las universidades. De hecho ya se estudia: su penetración en el mercado norteamericano sin renunciar a todo lo que le define y le identifica como latino y como puertorriqueño no tiene precedentes, porque quizá sus precedentes nunca se imaginaron que se podía llegar tan arriba o, mejor y paradójicamente, tan abajo. No es en las grandes listas ni en lo grandes medios ni en las grandes portadas ni entre los textos de las grandes mentes donde reina Bad Bunny aunque también lo haga: es en las radiofórmulas, en las playlists de Spotify, en los teléfonos móviles, en el altavoz que suena en la cocina de un restaurante medio de la Gran Manzana.

Con “nadie sabe lo que va a pasar mañana” (Rimas, 2023) vuelve a demostrar que hace lo que le da la gana y que es esa su fórmula mágica para dominar con puño de hierro el mercado yanqui. Con un disco que presume de cerrarse al castellano, que parece rechazar oyentes angloparlantes como él mismo se revuelve contra el inglés cuando da entrevistas o como quien estalla contra la gentrificación y los turistas, ha logrado por tercera vez consecutiva debutar en el top 1 de Billboard, por no hablar de los innumerables récords que ha vuelto a batir este año en Spotify. Ha llegado un poco al nivel de Taylor Swift: si está un año en silencio cualquier otro puede ponerse la corona; como le dé por sacar algo que se olviden los candidatos a destronarle. Haga lo que haga, aunque no haga su mejor disco, aunque cueste encontrar un lugar donde quedarse entre tanta monotonía trap y bragadoccio a reventar de testosterona, se llevará el año. De sorpresa y a última hora.

El sábado escribió otro capítulo más de su increíble historia añadiendo su nombre a esa lista de personas que han conseguido que la cultura latina se respete, se aplauda y se reivindique en una Nueva York que es el corazón de Occidente. Su “West Side Story” (Jerome Robbins y Robert Wise, 1961).

1. Ojitos a Nueva York

Si “Un verano sin ti” (Rimas, 2022) rubricaba de algún modo la soberanía de Bad Bunny en el mercado estadounidense a través de una de sus plazas latinas fundamentales, Miami, y conciertos como Coachella, después, o guiños fronterizos a los desiertos californianos como “Un X100to” –con los mejicanos Grupo Frontera– o el videoclip de “Where She Goes”, le veían horadar el mercado de Los Angeles, “nadie sabe lo que va a pasar mañana” parece querer trasladar su imaginario al otro gran bastión latino de EEUU: Nueva York. No solo lo hemos visto en el videoclip de “Monaco”, con esa estética tan “Once Upon A Time in America” (Sergio Leone, 1984), guiños mafiosos y Al Pacino de prota. También está luciendo la icónica gorra de los New York Yankees en muchas de sus apariciones públicas y promocionales, incluyendo su paso por el “Tonight Show” de Jimmy Fallon. Un tour que ahora alcanza su cenit hosteando uno de los espacios neoyorquinos por antonomasia, el Saturday Night Live.


2. El trap, sí, mejor déjaselo a Eladio

Tienen una cosa las canciones en las que Bad Bunny se pone tontorrón, romántico. A medias son todas la misma y dejan de impresionar; a medias les sacas siempre un detalle diferencial, un giro melódico o alguna cosa que de repente te entra por algún sitio y te pone los pelos de punta. Algo así pasa con “UN PREVIEW”: la declaración de amor a Kendall Jenner llegó un poco sin pena ni gloria, nos dejó fríos, acostumbrados a tanto hit. Pero la actuación de Saturday Night Live, con él solo y un caballito mecánico, forzando una voz que hace tiempo que entrena, no hace sino demostrar que aquí es donde Benito es el verdadero rey, con dinero o sin dinero, y no en el trap: “Monaco”, que impacta por su videoclip y por sus samples mafiosos, pecó de repetitiva en el show americano.

3. Las tres edades de la música pop

Este Saturday Night Live ha venido con dos sorpresones en forma de cameo: primero, Mick Jagger, que volvía al show once años después de su última aparición y terminó haciendo de monja, hablando en castellano y zumbándole a Bad Bunny en una telenovela, entre otras cosas. Y después, Lady Gaga, que aprovechaba el estreno del single compartido en el último álbum de los Rolling Stones para presentar “UN PREVIEW” también en castellano. No deja de ser curioso: los tres representan, en cierto modo, las tres edades actuales de la música mainstream, los reinados del rock, del pop y del género urbano.

4. El castellano en EEUU

Que haya tantos vaciles en internet sobre cómo deben entenderse Benito y Kendall en la intimidad debería darnos una pista de por dónde va el debate. Más flagrante es el rótulo con el que subtitularon su actuación en los Grammy, en el que podía leerse un sencillo y rotundo “singing in non-english”. De todo ello hace broma Bad Bunny en SNL, quitándole hierro y apelando a la sensualidad del castellano por encima del inglés. Pero lo más importante es que, después de todo, la práctica totalidad del programa hosteado por Benito, aun con sus bromas rancias sobre telenovelas y conquistadores, se hizo en español con la intervención constante de Marcello Hernandez y el regreso estelar de un siempre finísimo y adorable Pedro Pascal. ¿Ver a Mick Jagger diciendo “nooo, el volcán estafa in-actifoooo” y soplándole una hostia a Benito? Dentrísimo. ¿Qué Lady Gaga aparezca por sorpresa y le presente en castellano? Otro nivel.

5. El carisma todo lo puede

Vale que en general no fue el mejor Saturday Night Live. Incluso que fue un poco decepcionante, porque tampoco se le puede pedir a Bad Bunny que lo haga todo bien siempre, constantemente. Y actuar no es lo que mejor se le da, ya lo demostró en “Bullet Train” (David Leitch, 2022). Sin embargo Benito tiene algo, un no sé qué que qué sé yo, que le hace brillar a su manera allá por donde va, como se ve a la perfección en el sketch que comparte con Pedro Pascal prorrogando el ya clásico “madre latina sobreprotectora” haciendo de la tía o en todas sus correrías en la WWE. Ya le van quedando pocas cumbres que coronar.


Escrito por Diego Rubio || Foto: Will Heath / NBC

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