Canciones para recibir el otoño: novedades y clásicos
Los mejores temas para dar la bienvenida a esta estación
| Por Juan Manuel Freire
Novedades de otoño 2025: 5 canciones para la temporada
“Who Wants To Live Forever?”, de Nine Inch Nails & Judeline
No, no es versión del tema de Queen que sonaba en “Los inmortales” (Russell Mulcahy, 1986), pero también pertenece a una película: “Tron: Ares” (Joachim Rønning, 2025), en la que al parecer lo único salvable es, precisamente, la banda sonora de NIN. Trent Reznor se mueve entre Paul Buchanan (The Blue Nile) y Robert Smith (The Cure) en este dueto con la española Judeline, aquí en su mejor modo frágil. Como columna vertebral sonora, un teclado delicado e infantil que hace pensar fácilmente en tardes de otoño, o mejor aún, en alguien recordando tardes de otoño.
“oneshot”, de crushed
En un mundo ideal, el dúo formado por Bre Morell y Shaun Durkan estaría sonando en el súper a todas horas. Son expertos en canciones de fácil acceso, dulcemente melancólicas, en las que guitarras y electrónica conviven con soltura y se aprecian influencias noventeras que van de The Sundays a la Donna Lewis de “I Love You Always Forever”, pasando por los primeros Garbage (¿será el nombre del grupo una referencia a “#1 Crush”?). La gran joya de “no scope”, un primer álbum que no lo parece, debe ser la adictiva “oneshot”, balada de amor tóxico en la que se nota la mano de Jorge Elbrecht (Hatchie, Wild Nothing), productor experto en dreampop.
“Hope Less”, de Madi Diaz
No deseamos nada malo a nuestros ídolos, pero lo cierto es que una ruptura parece ser el mejor acicate para la inspiración compositiva. Lo confirma “Fatal Optimist”, nuevo disco de Madi Diaz, cantante y compositora pop-country-folk que se ha marcado una obra de cruda catarsis en el momento en que todos esperaban que buscara definitivamente su lugar en el mainstream. El disco se abre con la lenta, espaciosa y dolorosa “Hope Less”, sobre las primeras señales de peligro, sobre cómo empieza un final. “Tú quieres que quiera menos/ Y yo quería necesitar menos”, canta Diaz en un estribillo simplemente sobrecogedor.
“Past Lives”, de Jay Som & Hayley Williams
Antes de caer del todo en la melancolía, aceleramos un poco el ritmo. El dueto de Melina Duterte, alias Jay Son, con la cantante de Paramore es un hit considerable con rasgos de los mejores Smashing Pumpkins y de las reivindicables Veruca Salt, es decir, el grunge con más y mejores instintos pop. La melodía es tan estupenda como cabe esperar en las dos artistas, y la distorsión tan importante como en los primeros tiempos de Duterte: apuntala un estribillo glorioso sobre romperlo todo y empezar de nuevo, desintegrarse para resurgir. Tras hacer todo un disco con Palehound como Bachelor, ¿se animará Jay Som a hacer algo parecido con Williams? Esas armonías vocales lo merecen.
“Swan”, de Not For Radio
Los amantes de la música otoñal echamos (mucho) de menos a Stina Nordenstam, cantante y compositora de pop (sutilmente) experimental que lleva más de dos décadas sin lanzar disco. Para paliar esta ausencia ha llegado María Zardoya, de The Marias, cuyo nuevo proyecto en solitario puede retrotraer a la esencialidad y la emoción casi sobrenatural de álbumes como “This Is Stina Nordenstam” (2001) o “The World Is Saved” (2004). No hay canción mala en el álbum “Melt”, pero la más destacable es, seguramente, “Swan”, tensa balada para piano y caja de ritmos que puede recordar a (otra vez, sí) Smashing Pumpkins en la letra (“part of me is a part of you”, muy “Disarm”) y a Radiohead en su tensión controlada. Música para vivir el otoño a conciencia.
Clásicos del otoño: 10 canciones que nunca fallan
1. “The Summer Ends”, de American Football
¿Es este icono emocore el grupo más otoñal de la historia? Muy posiblemente. Sus ritmos cambiantes pero en general arrastrados, su melancolía persistente y una letra como la de, por ejemplo, “The Summer Ends” así lo corroboran. Es una canción sobre finales, sobre lo que viene después de un verano no necesariamente feliz. Puede acabarse un amor, o una amistad, o algo a medias entre ambas cosas. Y el narrador se pregunta cómo despedirse, si con un apretón de manos, un abrazo, un beso en la mejilla, o las tres cosas. Es todo bastante elíptico y quizá por eso resulta tan emotivo: hay espacio para que uno incluya sus propias experiencias.
2. “Pale September”, de Fiona Apple
“Tidal” (1996) fue un primer disco que no lo parecía, con canciones de madurez impropia para una compositora de 19 años. En la penúltima del lote, “Pale September”, se aproxima al trauma de la pérdida con resignación y compostura. Para ello se sirve de delicadas metáforas sobre el tiempo y las estaciones: el primer otoño la abraza suavemente, como el mejor algodón, pero a medida que se apagan realmente las ascuas del verano, su corazón se enfría “y solo ritmos vacíos resuenan desde dentro”. El diálogo entre el piano de Apple y el vibráfono de Jon Brion, su sublime productor, no puede ser más delicado, quebradizo.
3. “Autumn Leaves”, de Eva Cassidy
En una selección de otoño no podía faltar este estándar jazz, versión en inglés de la francesa “Les feuilles mortes”, compuesta por Joseph Kosma en 1945. Fue grabada por muchos grandes del jazz durante los años cincuenta y sesenta, pero vamos a quedarnos con la grabada por la cantante folk, soul y blues Eva Cassidy en los años noventa, una delicia a fuego especialmente lento, en la que cada palabra, o mejor, cada sílaba tiene una resonancia espectacular. Este cronista tiene también debilidad por la versión de Coldcut con Janis Alexander (buscad el remix de The Irresistible Force) o la que se ha marcado Arooj Aftab en su reciente “Night Reign”.
4. “Here’s Where the Story Ends”, de The Sundays
Como American Football, los clásicos de culto The Sundays siempre sonaron a otoño. Sobre todo, quizá, en este clásico demoledor de 1990, con el que triunfaron todavía más en Estados Unidos que en su natal Inglaterra. Guitarras jangle de dulzura magnética, un ritmo upbeat contenido y, sobre todo, la voz incomparable de Harriet Wheeler componían la fórmula del éxito. Todo eso, más unas letras cargadas de una ansiedad social con la que muchos oyentes se identificaron. “Nunca debí decir que solo te quise por los libros que habías leído”, cantaba Wheeler en unos versos muy Smiths.
5. “Fade Into You”, de Mazzy Star
Conoces esta canción incluso aunque no lo sepas. Básicamente porque ha sonado en in-fi-ni-dad de películas y series, entre estas últimas “Las chicas Gilmore”, “C.S.I.”, “Yellowjackets” o “Dopesick: Historia de una adicción”. Pero es que su sonido etéreo, su languidez y su melodía perezosamente romántica la hacen ideal para adornar momentos de relajada intimidad, aunque su letra vaya en realidad sobre un amor no correspondido. Así suena un otoño, a sublime dreampop sin prisa alguna.
6. “Autumn Town Leaves”, de Iron & Wine
Medio escondida en un EP, “Weed Garden”, de 2018, encontramos una de las mejores canciones que Sam Beam haya compuesto en su vida. Un sencillo motivo de guitarra, una melodía dulce y una percusión nada apresurada son los ingredientes esenciales de una declaración de amor disfrazada de descripción de una ciudad, la ciudad otoñal del título, “donde las hojas pueden caer a uno u otro lado del muro del jardín” y “algunos quieren amor y otros quieren oro”. Él solo quiere verte por la mañana.
7. “Leaves That Are Green”, de Simon & Garfunkel
Seguimos con las hojas, que aquí pasan de verdes a marrones para reflejar diversas cosas algo deprimentes, como el irrefrenable proceso del envejecimiento o la desintegración de un romance. Pero ellos, Paul Simon y Art Garfunkel, sabían convertir la depresión en algo apetecible y bello, por no decir casi animado. Esto no es slowcore cortavenas, sino folk-pop medio ágil con bonitas piruetas de clavecín. Billy Bragg citó los dos primeros versos (“tenía veintiuno cuando compuse esta canción/ ahora tengo veintidós, pero no será por mucho tiempo”) en su inmortal “A New England”.
8. “Autumn Sweater”, de Yo La Tengo
El mayor hit en un disco, “I Can Hear The Heart Beating As One” (1997), nada escaso en ellos. A pesar de su título, tiene un groove electrónico que casi podría bailarse en verano. Temáticamente, sea como sea, es otoño en estado puro: una pareja ha entrado en un punto muerto y el narrador pregunta a su (casi ex)amante si no sería mejor dejarlo estar. “Yo sin nada que decir/ Y tú con tu jersey de otoño”. No, no son los versos más duros, esos vienen algo más tarde: “Es una pérdida de tiempo si no sé sonreír fácilmente/ Como al principio”.
9. “We Fell In Love In October”, de girl in red
En otoño, nos promete Marie Ulven Ringheim, también te puedes enamorar. En esta popular canción (seis años después de su salida, todavía la más escuchada de la artista en Spotify) narraba la primera relación que tuvo con una chica. El estribillo es una pura, prístina declaración de amor (“mi chica, mi chica, mi chica/ tú serás mi chica”) sobre irresistibles guitarras jangle. Por desgracia, hablamos de la precuela de “forget her”, crónica de la posterior desintegración de la pareja. Podríamos incluir ambos temas en esta playlist y contar así la historia completa, pero queremos acabar en una nota algo más positiva.
10. “September”, de Earth, Wind & Fire
Porque en otoño también se puede bailar. Y, además, con entusiasmo. Complicado escuchar esta catedral funk sin golpear con el pie en el suelo o, en el mejor de los casos, dejarlo todo para rendirse al hedonismo. El guitarrista Al McKay, el vocalista Maurice White y el compositor Allee Willis tardaron un mes en componerla. Es así como se esculpen los clásicos, con paciencia y esfuerzo y sin que en el resultado se noten una cosa ni la otra. Ligera, mágica, natural e inevitable, “September” te convierte el otoño en principio de verano.
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