Las 10 mejores canciones de octubre de 2025
Rosalía, Taylor Swift, Fred Again y Floating Points, Sampha y Romy xx, Ana Mena, Maikel Delacalle, Lily Allen…
| Por Álvaro García Montoliu
Octubre de 2025 ha sido un mes de grandes regresos, cruces inesperados y reverberaciones de los sonidos que han marcado el año. A lo largo del espectro, de la grandilocuencia barroca de Rosalía al minimalismo extático de Fred again.., el mes ha vibrado con un sentimiento de movimiento, reinvención y cierta fatiga emocional (y, si no, que se lo digan a una Lily Allen que para sorpresa de muchos ha entregado el mejor álbum de ruptura en tiempo y uno de los mejores discos pop del año). A continuación, diez canciones que capturaron esa atmósfera cambiante.
1. Rosalía - Berghain
El nuevo proyecto de Rosalía, “LUX”, no es tanto un álbum como un gesto arquitectónico: una catedral levantada con cuerdas, pulmones y acero. “Berghain” la inaugura como una obertura monumental, fundiendo la precisión de Vivaldi con la brutalidad de Stravinsky. Más que desafiar géneros, desobedece disciplinas: el flamenco se disuelve en éxtasis barroco. Björk y Yves Tumor no actúan como invitados, sino como fuerzas tectónicas que empujan la canción hacia el colapso. El resultado es un aquelarre espiritual: desbordante, absurdo, inevitable.
2. Fred again.. & Floating Points - Amberry
Fred Again siempre ha sabido rodearse de las mejores compañías (lo del pasado fin de semana con Thomas Bangalter de Daft Punk fue sencillamente histórico). En la serie “USB”, un laboratorio en tiempo real, también acostumbra a traerse a sus amigos y “Amberry” lo ve unirse a Floating Points. “Amberry” son siete minutos de descarga eléctrica que evocan a Orbital o al primer Plastikman. Floating Points aporta la geometría espectral y Fred el pulso visceral: rave como sistema circulatorio. Su austeridad es su fuerza sin adornos, solo dos productores trazando una línea directa hacia el trance emocional.
3. Oklou feat. FKA twigs - Viscus
Dos anatomistas del pop contemporáneo se encuentran para hablar del cuerpo como territorio en conflicto. Oklou y twigs cantan desde el umbral entre el dolor y el placer, entre el código y la carne. “Viscus” palpita como un órgano en tensión, con sintetizadores que laten y voces que se entrelazan hasta volverse una sola. Si “Choke Enough” (2025) trataba de la asfixia emocional, esta canción es el suspiro posterior: frágil, trémula, y de una belleza casi insoportable.
4. Taylor Swift - The Fate of Ophelia
En su fase más literaria, Swift reescribe “Hamlet” con la precisión de una narradora que domina todos los géneros. “The Fate of Ophelia” rescata a la heroína trágica y la devuelve a la vida, seca y temblorosa, en una nueva mitología del renacer. La producción, elegante y melancólica, disfraza el duelo con brillo pop. Swift ya no solo archiva emociones: las reescribe, las redime, las convierte en versiones alternativas del pasado.
5. Sampha feat. Romy - Cumulus / Memory
Una elegía de siete minutos que flota entre vapor y carne. La voz de Sampha (ese instrumento de pura vulnerabilidad) se combina con el resplandor difuso de Romy, generando una sensación de suspensión. “Cumulus / Memory” evoluciona de nana electrónica a tormenta sensorial: memoria como ciclo, niebla y descarga. Pocos artistas logran que la quietud se sienta tan sísmica. Al parecer, fue la primera canción que compuso para “Lahai” (2024), su segundo álbum, y la última que acabó. Raro, con tanta calidad, que no entrara en la lista final.
6. Lily Allen - Tennis
El regreso de Lily Allen es una clase magistral de timing y veneno: cáustica, mordaz, y brutalmente honesta. “Tennis” revisita el viejo subgénero de “descubrí que me engañaban” y lo reactiva con bisturí lírico. Allen canta sin metáforas, sin refugios, con la voz de quien ha sobrevivido al escándalo y lo transforma en narrativa. La producción, seca y desnuda, acentúa la puntería verbal. En “West End Girl”, este tema es el clímax emocional: autoficción y ajuste de cuentas. La música es una caja de sorpresas y, ciertamente, nadie esperaba que la inglesa se anotara uno de los álbumes del año.
7. Oliver Sim - Telephone Games
Puente entre su debut “Hideous Bastard” (2022) y el futuro de The xx, “Telephone Games” respira calidez y deseo. Con la producción de Bullion, Sim logra un pop electrónico íntimo, de bruma sensual y melancolía contenida. Su voz suena como si marcara un número antiguo, buscando en la memoria una conexión perdida. La canción flota entre nostalgia y anhelo, entre llamada y silencio.
8. Ana Mena - Lárgate
En el universo pop español, pocas artistas dramatizan el desamor con tanta elegancia como Ana Mena, pero aquí opta por la desnudez emocional. “Lárgate” suena a desahogo y a reinvención: rabia contenida envuelta en melodrama digital. Las polémicas sobre sus metáforas violentas desvían la atención de lo importante: el gesto de reapropiarse de su narrativa. Un cierre simbólico para la era “Bellodrama” y el inicio de una Mena más afilada.
9. Maikel Delacalle feat. Camin - Retro 11
El sonido urbano español sigue mutando, y “Retro 11” captura esa mezcla de orgullo callejero y ambición estética. Maikel reaparece con energía y determinación, mientras Camin aporta un acento flamenco que ancla el tema en lo local. Hay fuerza, pero también propósito: una reafirmación identitaria disfrazada de hit. No es solo un regreso; es una declaración de resistencia.
10. María Isabel feat. El Guincho - Bien Bien
Una brisa cálida con fondo de melancolía. María Isabel y El Guincho construyen una fantasía tropical que se disuelve entre el pop y el R&B, entre el deseo y la distancia. Cada sintetizador parece un reflejo de sol sobre el agua, cada frase un recuerdo que se niega a morir. Para una artista aún sin álbum debut, “Bien Bien” funciona como carta de presentación y promesa.
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