Las 10 mejores canciones de Bad Bunny
A poco tiempo ya de que Bad Bunny visite España después de mucho tiempo con la monumental gira de estadios de “DeBÍ TiRAR MáS FOToS, seleccionamos sus 10 mejores canciones
| Por Diego Rubio
Tras varios discos ignorando al mundo más allá de América por problemas de logística y en medio de pandemias, afianzando su dominio del mercado global desde las distintas capitales del imperio yanqui –Coachella, Nueva York, las calles, las televisiones, los clubes, la Super Bowl–, Bad Bunny de nuevo pisará España, y lo hará además a lo grande: con dos conciertos en el Estadio Olímpico de Barcelona y lo que podríamos considerar una verdadera residencia en Madrid, diez conciertos en el Estadio Metropolitano, para sumar un total de doce y batir todos los récords de asistencia en nuestro país con más de 600.000 entradas vendidas en lo que dura un abrir y cerrar de ojos. Será el arranque europeo de una gira mundial descomunal que primero le llevará a Latinoamérica, Australia y Japón, y que después pasará por Alemania, Países Bajos, Italia, Reino Unido o Francia, países en los que también ha vapuleado los listones dejados por todos los artistas latinos.
Para prepararnos para estas citas con aura de históricas, pero sobre todo para celebrar esta historia de conquista que se ha llevado a cabo desde la independencia, la libertad creativa y la ruptura constante del horizonte de posibilidades de los géneros que ha tocado, integrado y revolucionado Benito, escogemos las que para nosotros –bueno, para mí, basta de plural mayestático: a mí las quejas y reclamaciones– son las diez mejores canciones de Bad Bunny. Aviso: diez son pocas para la magnitud de su legado, ya incuestionable.
10. “DÁKITI” (2020)
Lo cierto es que hay muchas canciones de Bad Bunny compitiendo por entrar en este top 10, aglomerándose a las puertas como los virus del Síndrome de los Tres Idiotas del Sr. Burns –a ver si aprendo ya que no hay nada más millennial que una referencia a “Los Simpsons”–. Pero “DÁKITI”, realmente está hecha de una pasta especial: surge de una idea de Jhay Cortez, al que podríamos considerar con argumentos el precursor del reguetón club, y ha quedado para la historia no solo como la bandera de ese sonido, también como el canon en el que se han mirado todas las obras posteriores.
9. “Callaíta” (2019)
La canción con la que Bad Bunny terminó de convertirse en el rey de los veranos después de dominarlo también con su trabajo conjunto con J Balvin, “Oasis” (2019), y la que afianzó definitivamente el éxito de su debut largo, “X100PRE” (2018), lanzado pocos meses antes. Un reguetón atmosférico y de tintes tropicales que avanzaba los intereses más electrónicos del Conejo, y que iba a servir para definir un nuevo cánon en su trayectoria: el dembow romántico. “Si hay sol, hay playa; si hay playa, hay alcohol; si hay alcohol, hay sexo; si es contigo mejor”.
8. “Yonaguni” (2021)
En muchos aspectos la continuación natural de “Callaíta”, la resaca después de la noche loca: un reguetón aún más electrónico y aún más romántico en el que Bad Bunny se coge un vuelo por tí, “y a Yonaguni le llego”, y con el que volvió a dominar el verano, esta vez uno mucho más bajonero, en plena pandemia. Cuando Benito dice eso de “No me busques en Instagram, mami, búscame en casa, pa’ que veas lo que pasa” lo normal es que se te parta un poquito el corazón, pero además es una barra que demuestra su enorme sensibilidad para entender el mundo en que vivimos. En su isla siempre se estará más a gustito que en la espiral de idolatrías y egocentrismos.
7. “NUEVAYoL” (2025)
La contundente intro de “DeBÍ TiRAR MáS FOToS” habla por sí sola: el calor sube mientras suena el clásico de la salsa nuyorriqueña “Un Verano en Nueva York” de Andy Montañez y El Gran Combo de Puerto Rico –escrito originalmente por el cubano Justi Barreto pero popularizado por la comunidad puertorriqueña de La Gran Manzana–, y un giro incendiario de dembow minimalista consigue llevarlo rápidamente a un delirio perfectamente controlado. “¡¿Pero qué es esto?!”. Retomando el hilo donde lo dejó “Un verano sin ti”, el tema es de nuevo hilo invisible entre lo extranjero y lo local, entre el folclore puertorriqueño y los ritmos electrónicos globales: “¿Cómo Bad Bunny va a ser el Rey del Pop (ey!) con reguetón y dembow?”.
6. “Después de la playa” (2022)
Antes de “DeBÍ TiRAR MáS FOToS”, el Conejo ya había mostrado interés en los ritmos tradicionales de su isla –y en fusionarlos con pulsos electrónicos y géneros urbanos– en “Un verano sin ti”: en la inconmensurable “Después de la playa”, y después de una intro futurista y pistera firmada por MAG, se entrega al fuego bailable de un mambo urbano, demostrando que cuando se trata de fiesta y de celebrar es la energía lo importante, más allá de cualquier género.
5. “A tu merced” (2020)
Subelo NEO producen este dancehall pop inmaculado y con alma reggae que también encaja dentro de la narrativa más romántica del Conejo, siempre con ese puntito entre un poco guarro, juguetón, divertido: “Tú siempre estás moja’ y yo que tengo sed”, “Y ellas están buenas, pero tú estás mejor, trae costo y alcohol”, “Mami concédeme esta pieza, no somos na’, no somos na’ (ey), pero con un perreo se empieza”... Barras, joder.
4. “BAILE INoLVIDABLE” (2025)
Otro de esos momentos perfectos de fusión entre los ritmos locales de Puerto Rico y los avances electrónicos para Bad Bunny, con MAG y Elikai firmando una intro progresiva y sintética y una construcción orgánica de salsa en la que los jóvenes de la Escuela Libre de Música de Puerto Rico reinterpretan un collage de microhomenajes al legado salsero, con muestras inspiradas en Héctor Lavoe, Willie Colón o Los Bravos de Panamá. De nuevo, continuación espiritual de lo ofrecido en “Un verano sin ti”: de “Enséñame a bailar” a “Me enseñaste a bailar” hay, eso sí, un giro hacia una cierta melancolía.
3. “El apagón” (2022)
Además de dejarnos ver ese interés de Benito por los ritmos tradicionales más allá del reguetón y en relación con el club, “Un verano sin ti” también nos descubrió otra nueva faceta de Bad Bunny: la de cantautor político. En “El apagón” todo coincide para dar forma a una obra maestra. Al principio es una bomba sobre el orgullo puertorriqueño –y latino: “La capital del perreo, ahora todos quieren ser latinos, pero les falta sazón, batería y reguetón”– que parece reproducirse entre callejones y marquesinas –como lo hacían los ritmos afroamericanos en el “Black Mahogany” de Moodymann–, y que se enmudece como queriendo representar los habituales apagones de luz en Puerto Rico: “Maldita sea, otro apagón, vamo’ pa’ lo’ bleacher a prender un blunt”. Después, como buena bomba, estalla en orgulloso EDM feriante, antes de disolverse al fin en una bruma entre el trance y el house en la que Gabriela, la ex del Conejo, se levanta en contra de la gentrificación de Puerto Rico y de la privatización caciquista de su tierra y de sus playas. En todos los temas tocados profundiza el revolucionario videoclip, construido como una pieza documental de más de veinte minutos. Está alto el nivel si no es esta la mejor canción de Benito, ¿eh?
2. “Estamos bien” (2018)
No hemos hablado, por ejemplo, de que una de las primeras “revoluciones” de Bad Bunny –llamarlo “revolución” es un poco fuerte, pero tengamos en cuenta que estamos hablando, al principio de los tiempos, de un trapero maliantón en un mundo y un género muy testosterónico– fue reenfocar la idea de masculinidad habitual en el género urbano, incorporando cierta imagen andrógina o cuidadas manicuras. En “Estamos bien”, además, subvierte las expectativas del trap latino con una faceta sensible y vulnerable que se revela, tras dos estrofas de puerto flexeo, en un giro inolvidable que también se refleja en la música, que vira del trap a una atmósfera de house tropical: “No te preocupes, estamos bien. Con o sin billetes de 100. Pero tener no es malo así que estamos bien, ’tamos bien (ey) To’s los míos están bien”. Benito siempre tuvo claras las prioridades, y cuando presentó esta canción en el show de Jimmy Fallon lo hizo proyectando imágenes del Huracán María asolando Puerto Rico y reprochando directamente la impasibilidad de Donald Trump.
1. “Safaera” (2020)
Obra maestra incontestable, “Safaera” captura a la perfección la idea de Bad Bunny en “YHLQMDLG”: escribir su propia carta de amor al perreo de marquesina y al reguetón viejito y hacerlo, además, imaginando nuevos caminos posibles y casi pasándose definitivamente un juego que no ha tenido la misma frescura desde entonces. A través de hasta ocho cambios de ritmo, y con la asistencia del dúo más imaginativo y experimental del reguetón, Jowell & Randy, y de un verdadero OG como Ñengo Flow, Benito repasa casi tres décadas de perreo en lo que es una especie megamix plagados de detalles industriales y experimentales, samples telefónicos y referencias a Plan B, Shaggy, Red Rat, Buju Banton, Missy Elliot, Bob MArley, Alexis y Fido, Ranking Stone, Cosculluela, DJ Nelson, DJ Joe, Blanco Flake o Don Dinero, todas dando cuenta de las muchas evoluciones de los distintos ritmos de la diáspora afrocaribeña con denominación de origen jamaicana. Una verdadera clase de arqueología rítmica que trasciende el mero homenaje y aporta al género una especie de final alternativo. ¿La mejor canción de reguetón de todos los tiempos?
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