Las 10 mejores canciones de Los Planetas
Proponemos una selección del repertorio más destacado de la banda granadina Los Planetas en vísperas de sus tres conciertos en Madrid
Los Planetas llevan desde la primavera conmemorando el 30 aniversario de su primer álbum, “Super 8” (1994). En esa gira, los granadinos interpretan aquel disco de debut íntegro y al completo, mientras que los bises los ceden a las sorpresas: bien pueden ser otros temas y caras b de su época iniciática, como sucedió en los primeros conciertos, o bien una segunda parte cargada de grandes éxitos de todas sus etapas, que es lo que vienen haciendo en sus últimas citas.
Eso es lo que probablemente ocurra en los tres conciertos que ofrecerán esta semana en Madrid: el miércoles 13 y el viernes 15 estarán tocando en La Riviera, mientras que el jueves 14 lo harán en la sala Ochoymedio. Una oportunidad inmejorable para seleccionar diez canciones de entre todo su repertorio. Encontraréis en esta lista algunos de sus hits más recordados, y también algunos temas menos evidentes. La lanzamos en orden inverso, de la menos a la más favorita.
10. Ya no me asomo a la reja (Fandangos)
Tras la publicación de sus seis primeros álbumes, Los Planetas parecían haber llegado a un cul de sac creativo, pero con “La leyenda del espacio” (2007) consiguieron romper todas las expectativas y construir su concepto de psicodelia jonda. Esta es la canción que mejor ejemplifica aquella visión, con un texto en el que no se sabe lo que proviene de la tradición flamenca y lo que es puro romanticismo planetario. Un fandango con un desarrollo lento, oscuro y ruidista, con los ojos mirando tanto a Spacemen 3 como a los The Cure de “Disintegration” (1989). Cuando J canta “¡Soledaaaad!” es siempre punto álgido de sus conciertos.
9. Tendrá que haber un camino
La banda granadina nunca ha conseguido grabar un álbum tan extraordinario como “Omega” (1996), de Enrique Morente y Lagartija Nick. En realidad, nadie en España lo ha hecho. Pero, en el corte final de “La leyenda del espacio”, Los Planetas hicieron su propio Omega. La banda toca sobre la voz de Morente, en su primera colaboración. Hay guiños a uno de los primeros grandes temas planetarios, “Nuevas sensaciones” (1995), cuando el quejío del cantaor suelta: “Yo prefiero la muerte antes que seguir así”. Quizá no mucha gente sepa que es un homenaje a DJ Sideral, amigo personal de la banda y el primer muerto de la generación indie de los noventa. De hecho, en la copia del disco que escuchamos los periodistas semanas antes de que este se publicara, el título de la canción era “Sideral”.
8. Toxicosmos
Siempre hubo algo en esta canción que me recordaba a Antonio Vega, tal vez por la melodía o por la tristeza con que J interpreta la canción. Las misteriosas voces iniciales (¿un sample de qué?) introducen el misterio y la fascinación de una epopeya lisérgica en la que se narran las sensaciones tras una experiencia adentrándose en paraísos artificiales. Y se llena de imágenes poéticas que estallan en tu cabeza y desafían al caos en rimas consonantes: colinas de cebollas y metal, columnas de ceniza, iglesias de cristal, castillos de madera, de mercurio y de coral.
7. Segundo premio
La batería de Eric y el riff de guitarra de Florent en el comienzo de canción y de disco (como en el tema anterior, por cierto, estamos en “Una semana en el motor de un autobús”, de 1998) más emblemático de la carrera del grupo. Después, una inesperada sección de cuerdas en su épico crescendo. La canción más marcada a fuego en el corazón de los fans planeteros gracias a sus palabras soltadas a bocajarro. Da igual que fuese un despecho amoroso o un ajuste de cuentas entre amigos, todo el mundo ha cantado a gritos pensando en su propia vida aquello de “Si esto te hace daño, si te puede hacer sufrir, ha servido para algo, por lo menos para mí”. Que la melodía sea idéntica a la de “Promesses”, del cantante pop francés Étienne Daho, termina por quedar como una anécdota irrelevante al lado de tal bomba emocional.
6. De viaje
La canción de apertura del primer álbum (“Super 8”, 1994), y la introducción perfecta al espíritu juvenil e inocente de aquellos comienzos del grupo. Pletórica entre su gancho melódico envuelto en capas de ruido, perfecta en el desarrollo de estrofas, puentes y estribillos que hablan de un tema universal del pop: escapar hacia la fantasía, hacia un lugar mejor, en compañía de tu persona favorita, y que esa sensación sea eterna. Otro momento álgido en los conciertos de los granadinos, cantando en compañía “¿qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo?”
5. Mi hermana pequeña
La revista Rockdelux la eligió como mejor canción nacional del año 1993, cuando Los Planetas era todavía un grupo desconocido. Formaba parte de su primer EP, “Medusa” y, aunque no contenga la mejor de sus letras (que evoca lo que parece una historia incestuosa) sigue siendo un pildorazo noise pop inapelable. Se sustenta en un riff de guitarra infeccioso, y en una melodía vocal que va creciendo de la estrofa al puente y luego al estribillo, cada cual mejor. Ya habría sido perfecta así, pero se vuelve aún más arrebatadora cuando entra su gloriosa coda final, aquella que dice: “Cuando todo parece que marcha mal, ten en cuenta que puede ser que solo lo parezca”. Después de muchos años sin que la interpretaran en vivo, ha sido afortunadamente recuperada en la presente gira de “Super 8”.
4. David y Claudia
El mejor, y el tema más pop de “Pop” (1996), un segundo álbum incomprendido que incluía gemas como esta. J se inspiró en la historia de amor de David Copperfield y Claudia Schiffer, y en la idea de que si eres el mejor mago del mundo puedes conseguir enamorar a quien quieras. Una canción tan naïf como deliciosa que, en el fondo, es un caramelo envenenado: de frases como “Puedo hacer que no haya sol, puedo hacer que no lo veas y que nadie lo recuerde nunca más” se pueden inferir cosas más chungas si esa omnipotencia deriva en maldad. Dos minutos les bastan para conseguir la perfección.
3. Santos que yo te pinte
En este tema de “Unidad de desplazamiento” (2000), que contó con la colaboración de Antonio Arias (Lagartija Nick), se encuentra el primer acercamiento planetario a la raíz flamenca, aunque menos manifiesta que como se mostrará en “La leyenda del espacio”. El sentimiento de emoción eléctrica es intensísimo desde el primer acorde de guitarra hasta el estallido final. En una letra que parece retomada del folclore popular (una vez más, no se sabe lo que se sacó de aquí y lo que es cosecha propia) conviven el romanticismo y la sordidez, mostrados en frases como “A veces me pregunto de quién será el fantasma que te ha tapado los ojos para que no veas nada. Dime dónde has estado, niña de cara blanca, dónde has dejado tu risa, que no está donde estaba”. Pero también aparece, de nuevo, la toxicidad masculina en toda su crudeza, cuando el protagonista entona: “Todo lo que yo tengo, todo yo te lo daba, pero si acabas conmigo vas a ser desgraciada”. Es, probablemente, la canción que mejor ha funcionado, la indispensable, en sus directos de este siglo.
2. Un buen día
También en “Unidad de desplazamiento” se encontraba este clásico incontestable. Aparentemente, la idea es muy sencilla: es como la entrada de un diario personal, la crónica costumbrista de un día normal en la vida de J., pero esa rutina la va narrando de un modo que aparece cargado de verdad, con cierto poso de melancolía a pesar de los excesos. Ha pasado a la memoria colectiva del fan planetero no solo por sus cuatro millones de rayas, los tebeos de Spiderman y el gol increíble de Mendieta, sino por ser la canción en la que aparece el batería Eric Jiménez como personaje (un detalle que, tal vez, tomaran de las canciones de Le Mans y La Buena Vida, bandas que les acompañaron en la construcción del mejor indie español). Fantástica en su desarrollo, arreglos e instrumentación.
1. Islamabad
No es exactamente una versión, tampoco una apropiación de “Ready pa’ morir” de Yung Beef, sino más bien un experimento intertextual que lleva más lejos, por un camino más ambicioso, el tema original de Fernando Gálvez, y crea una aleación perfecta entre dos lenguajes musicales, entre dos generaciones, para dotarlo de un alcance universal. Los Planetas toman como punto de partida ese himno del trap español y llevan su espíritu melódico por sus propios caminos lisérgicos y alucinados. J., en estado de gracia, recita, o semi rapea, cambia su dicción hacia formas más andaluzas y lanza una retahíla de ideas filosóficas, políticas y religiosas para reflexionar sobre los atentados del Estado Islámico, las trampas de la sociedad capitalista, el sentido de la violencia, el lavado de cerebro y otras muchas cosas. Podría ser casi una canción de Public Enemy que, al final, ahí sí, finaliza retomando los versos de Yung Beef, como si aquel estar ready pa’ morir proviniera de un terrorista suicida: “Estoy cayendo p’arriba, mami dame la bendición, y aunque no consiga nada tuve mucha ambición”. Este es el tema más ambicioso de Los Planetas, y el más logrado. Lo incluyeron en “Zona temporalmente autónoma”, de 2017.
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