Mac DeMarco: sobrevivir a la vida con una “Guitar”
El músico canadiense Mac DeMarco regresa discográficamente con “Guitar”, una colección de canciones pequeñas y sinceras
| Por Diego Rubio
Con los 35 recién cumplidos, y tras un amago de retirada definitiva de la música en pos de una vida de tranquilidad mucho más campechana, Mac DeMarco regresa con un trabajo que le reconcilia con lo esencial, y que le volverá a sacar a la carretera para girar después de varios años, llegando hasta el Primavera Sound de Barcelona el año que viene. Con una base rítmica simple, su inseparable guitarra y unas letras que se despiden del frenetismo de una vida disoluta ya abandonada para darle la bienvenida a un futuro más esperanzador que gris, el músico canadiense, afianzado ya en su casa-estudio a las afueras de Los Ángeles, entrega en “Guitar” una colección de canciones pequeñas y sinceras que dejan ver, quizá de una forma más prístina que nunca, su gran sensibilidad como compositor. Lo analizamos en algunas claves.
Un contexto previo turbulento
La pandemia sumió a DeMarco en un proceso de cambios constantes, tanto a nivel personal como a nivel profesional y artístico: las acusaciones de abuso sexual contra uno de los miembros de su banda, Jon Lent, que terminaron con su encarcelamiento, dinamitaron la estabilidad de la agrupación, y Mac tuvo que replantearla para terminar de girar el que hasta ahora seguía siendo su último trabajo no instrumental, “Here Comes The Cowboy” (2019), incluyendo a Darryl Jones al bajo y al talentoso y jovencísimo percusionista jazz JD Beck a la batería. En ese momento empezó a dejar de fumar y de beber, y se metió en una especie de tour decadente por Estados Unidos para encontrarse consigo mismo: el resultado fue “Five Easy Hot Dogs” (2023), un trabajo menor e instrumental que era reflejo de un DeMarco algo desquiciado que trataba de acostumbrarse a su madurez, y a nuevos modos de vida.
Pocos meses después, DeMarco soltaba sin previo aviso y sin apenas filtrado una especie de álbum gigante de los procesos creativos que había ido atravesando durante estos años: publicada únicamente online, la compilación “One Wayne G” consistía en 199 temas instrumentales y 18 demos de canciones a lo largo de casi nueve horas de música, y en cierto modo servía para acercarse a los procesos de limpieza del nuevo DeMarco, buscando darle sentido a su vida a través de la música y alejándose del comportamiento ridículo de años pretéritos.
Limpieza (en todos los sentidos)
Su nuevo trabajo, “Guitar”, viene más o menos a afianzar a este nuevo Mac DeMarco. El Mac limpio, un Mac que por primera vez canta con una voz tierna y vulnerable, alejada de su antiguo raspado y revestida ahora de un falsete algodonoso y delicado. Un Mac que se ha construido, por fin, un espacio seguro en su casa-estudio de Los Ángeles, donde ha terminado asentándose después de una temporada medio nómada con paso previo por la Columbia Británica y donde ha grabado estas canciones en completo aislamiento durante dos semanas de lúcida reflexión. Y un Mac que reniega, al menos de momento, de la distorsión y la crudeza para apostar por la cercanía y el minimalismo. “Acércate un poco más / Cariño, no muerdo / Al menos no como antes”, canta en “Rooster”, una pastoral psicodélica con una extrañeza progresiva que demuestra que, pese a esta especie de regreso a lo esencial y a lo más sencillo, DeMarco aún tiene ideas interesantes que poner sobre la mesa.
Permitir la madurez
Todo esto se relaciona, claro, con un reconocimiento de la madurez propia, y con la intención verdadera y honesta de abrazar esa nueva vida. “Estos días prefiero estar a mi bola / No más caminar por esas calles que en algún momento llamé hogar”, reconoce un DeMarco que parece aceptar la tristeza como parte de la alegría de vivir en “Home”. Hay nostalgia por un estilo de vida perdido a lo largo de todo “Guitar”, una cierta resignación también, pero más aún hay una sensación de que todos los pasos previos han sido un necesario aprendizaje en su búsqueda de la felicidad en lo más cotidiano. “Ahora que mi cabeza está de nuevo en su sitio, lo veo: todos esos días de intentar huir, vaya pérdida de aliento” dice en una “Terror” en la que por primera vez asume el miedo irracional a morir que tenemos todos. No creo que nadie quiera morir sabiendo que se ha pasado la vida huyendo.
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