Ozuna y Beelé

Ozuna y Beéle unen fuerzas en “STENDHAL”

El álbum colaborativo entre Ozuna y Beéle expande los límites del urbano latino con afrobeats, referencias culturales inesperadas y una producción internacional. Un proyecto ambicioso donde ambos artistas exploran nuevas identidades sonoras y consolidan una alianza creativa en pleno auge

| Por


En un momento en el que los álbumes colaborativos se han convertido en uno de los formatos más estimulantes del urbano latino, la unión entre Ozuna y Beéle no solo tenía sentido: parecía inevitable. El puertorriqueño lleva casi una década consolidado como una de las voces más reconocibles del reggaetón global, con hits que han marcado la expansión comercial del género y una carrera repleta de colaboraciones estratégicas. Beéle, por su parte, es uno de los talentos colombianos más singulares aparecidos en los últimos años: su inclinación natural por los afrobeats, los ritmos tropicales y las melodías suaves lo ha convertido en una pieza clave de la nueva oleada caribeña. “STENDHAL” llega como el punto de encuentro entre dos trayectorias que, aunque distintas, comparten una misma ambición internacional.

Dentro de la discografía de ambos artistas, este álbum funciona como un experimento mayor. Para Ozuna, supone un desvío respecto a su sonido más cercano al reggaetón tradicional y al pop latino, abrazando una paleta más rítmica, con arreglos que miran hacia África occidental y el Caribe profundo. Para Beéle, en cambio, es la consolidación de una identidad que ya venía explorando: un estilo híbrido que mezcla sensualidad, cadencia y un color vocal cálido que aquí encuentra un espacio privilegiado. El concepto del disco se inspira en el Síndrome de Stendhal, esa reacción emocional intensa frente a la belleza artística. Lejos de tratarlo como una idea abstracta, Ozuna y Beéle lo transforman en una experiencia sonora basada en texturas envolventes y un uso muy detallado de la percusión. Entre febrero y abril de 2025 reunieron a un equipo de productores (Flambo, Ovy On The Drums, Legazzy, Yazid, Dynell, Golden, Daramola, Hake o Ríos, entre otros) que ayudó a moldear un álbum que respira libertad creativa.


Hay detalles curiosos que dotan a “STENDHAL” de una dimensión cultural inesperada. “Ale” incluye partes del merengue “Carnaval (Baile en la Calle)”; “Te Culié”, el equipo de producción terminó riéndose del parecido rítmico con “Aserejé” y terminaron samlpleándolo; e incluso “Antes de Irme” conserva un gesto melódico que recuerda a “Ilarié” de Xuxa, detalle que ambos defendieron como un homenaje a la infancia latina y a la nostalgia feliz compartida en todo el continente. Por esa variedad de referencias, el disco se mueve entre varios polos bien definidos. Los afrobeats dominan cortes como “Pikito” y “Templo”, construidos sobre patrones rítmicos circulares y líneas de bajo amplias. En “Playa Marina”, aparece una estética más veraniega y luminosa, casi cinematográfica, mientras que “One and Only” y “Cookie” abrazan un enfoque más electrónico y global, mostrando la vocación crossover del proyecto. La influencia afrocaribeña es evidente en “El Volcán”, uno de los temas más energéticos, y también en “Se Ve”, donde ambos artistas alternan voces con naturalidad, como si llevaran años grabando juntos.

Lo más interesante de “STENDHAL” es quizá lo que implica en el panorama actual: demuestra que el urbano latino sigue expandiéndose hacia territorios híbridos, de raíz global y con un mayor crecimiento de los géneros musicales importados de África. Ozuna y Beéle no solo se encuentran en un punto creativo alto, sino que parecen haberse contagiado mutuamente el deseo de experimentar. Es un disco que juega con la memoria colectiva de la música hispana al tiempo que intenta empujarla hacia adelante. Si este álbum es un indicador del rumbo que tomarán en los próximos años, definitivamente estamos el comienzo de una ola africana.

Disfruta del 100% de las ventajas de SMUSIC haciéndote cliente Santander aquí