MYKE TOWERS

Myke Towers publica Island Boyz, su obra más introspectiva y ambiciosa hasta la fecha

Myke Towers regresa con Island Boyz, un disco que explora la hibridez sonora y cultural del Caribe contemporáneo. Con 23 temas que fusionan reggaetón, R&B, afrobeat o dembow, el artista construye una narrativa íntima donde la identidad isleña se entrelaza con una visión global

| Por Marta España

El pasado 18 de julio, el artista puertorriqueño Myke Towers lanzó “Island Boyz”, un álbum compuesto por 23 temas que suponen un homenaje del reggaetonero hacia sus raíces. Lejos de buscar un impacto inmediato, el disco constituye una exploración identitaria que combina géneros como el reggaetón, el dancehall, el dembow, el R&B latino y el afrobeat, en la que el puertorriqueño investiga sobre todo aquel sonido autóctono de su tierra natal. Así, “Island Boyz” es un proyecto que el propio artista define como “lo más real” que ha creado hasta el momento. En las siguientes claves se analizan los elementos que configuran su alcance musical y discursivo.

Identidad caribeña

“Island Boyz” se presenta como una declaración de principios en torno a la identidad cultural del artista. Más allá del anclaje geográfico en Puerto Rico, Towers activa una noción de lo “caribeño” como matriz creativa y en constante diálogo con otras sonoridades globales. Este posicionamiento se articula desde la primera pista, “La Despedida” (con DFZM), que establece el tono del disco: un retorno introspectivo hacia los orígenes, pero que se inserta bien en el mainstream. En este sentido, la identidad caribeña de Towers no es únicamente una referencia estética, sino más bien una explicación de su discografía previa. Así, la canción que da nombre al disco, “Isla”, cierra el proyecto con una reflexión introspectiva sobre la pertenencia y el hogar.


Hibridación

Al explorar las fronteras que van más allá de su isla, Myke Towers aporta matices de otras regiones caribeñas ajenas a su estilo personal, usualmente centrado en el reggaetón y el trap. Desde el punto de vista formal, el álbum apuesta por la hibridación como método de construcción sonora. Un ejemplo claro es “Surferita” (junto a iZaak), que mezcla ritmos de ska con la tuba tradicional mexicana. El resultado es una canción que incorpora elementos culturales inesperados, que presentan el retrato cotidiano de una relación: “Te gustan los videos que no tienen bling-bling, y las películas extrañas como a mí”. “Me haces falta”, justo después, también coquetea con el género jamaicano. Otro caso destacable es “No Hay Break” con Omah Lay, una pieza construida desde la cadencia del afrobeat nigeriano, generando un punto de encuentro entre el Caribe hispano y el África occidental. Esta apertura estilística no solo posiciona a Towers como un artista de alcance global, sino que lo ubica en la vanguardia de los cruces afro-diaspóricos que están redefiniendo la música urbana actual.


Masculinidad

Lejos del estereotipo del reggaetonero invulnerable y hedonista, Myke Towers apuesta en este disco por una representación más compleja y matizada de la masculinidad. Esto se evidencia especialmente en canciones como “Expectativas”, donde el artista reflexiona sobre el peso de la fama, la presión social y la pérdida de autenticidad. En “Tengo Celos”, el focus single del proyecto, la vulnerabilidad se despliega a través del deseo y la posesión. “Celos del aire que acaricia tu pelo, celos de tus pantys que están donde yo no puedo” ejemplifica una escritura directa, esta sí, ya clásica en el reggaetón. Además, canciones como “100 Copas” o “Monótono” abordan temas como el desamor, la traición y el vacío afectivo con un tono que oscila entre la resignación y la autoafirmación. Así, la narrativa de “Island Boyz” no se limita al goce, el ascenso social, el sexo o el hedonismo tan propios del reggaetón.


Posicionamiento global

“Island Boyz” es el disco conceptual que Myke Towers ha decidido publicar en su época de máxima visibilidad. En un contexto de saturación digital, donde los algoritmos imponen lógicas de consumo rápido, Towers propone un proyecto denso de 23 canciones, ideológicamente opuesto a su creciente visibilidad pública. Su participación en el MLB All-Star Celebrity Softball Game 2025, junto a artistas como Young Miko o Eladio Carrión, refuerza su presencia mediática más allá de la música, proyectándolo como un ícono cultural transnacional. Además, el artista apareció en La Velada del Año V en Sevilla, el pasado 26 de julio. Esta presencia en espacios diversos refleja una estrategia de expansión que combina autenticidad local con proyección global.


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