Dubstep: origen, artistas y canciones destacadas
Descubre qué es el dubstep, cuántos BPM tiene, sus tipos, artistas clave y las 10 canciones que marcaron este género electrónico.
¿Qué es el estilo Dubstep y cuál es su origen?
El dubstep es uno de los últimos y más depurados experimentos derivados del continuum hardcore británico, una revolución de las músicas electrónicas asociada al bass y relacionada con la herencia jamaicana que se inició en las Islas a principios de los años noventa y muy marcada, en general, por los ritmos sincopados y la ruptura con la dominancia del 4/4 en favor de ritmos “rotos”, alimento de la cultura break o del garage, quizá sus dos grandes epicentros estilísticos. El dubstep, concretamente, se originó en el área del sur de Londres, en torno a la tienda Big Apple Records de Croydon, a principios de los 2000 partiendo del speed garage y el 2-step –también el grime–, pero reforzando el elemento dub y con un enfoque en la producción muy espacial, heredero de la escena berlinesa del broken beat y del minimalismo dub techno de Basic Channel. Además, rápidamente también se impuso el componente ultratecnológico y la ambientación sci-fi, en consonancia con “Matrix” (1999), las consecuencias del efecto 2000 y la popularización masiva de las consolas y los videojuegos.
¿Cuántos tipos de Dubstep hay?
Más que tipos, el dubstep ha tenido mínimas variaciones a lo largo de los años y alguna que otra perversión, y podría considerarse un género pleno, absoluto, tan depurado en su origen que constituye en sí mismo un callejón sin salida. El sello Hyperdub, por ejemplo, ante el declive del estilo en torno a los 2010, comenzó a fijarse en un estilo en cierta manera hermano en su forma primigenia, el footwork –o juke–, que introdujo el drum & bass, el break y los subgraves en el contexto del ghetto house en la Chicago del cambio de milenio. Pero sí hubo quizá una especie de nueva vía alternativa, mucho más sintetizada y con un sonido más futurista, después de las producciones de Joker, Rustie, Ikonika o Maxo: el purple sound que después terminaría derivando en la versión más digital, recortada y glitch que supone el future bass.
Lo que sí es interesante es diferenciarlo del brostep, a menudo confundido con el dubstep aunque en la actualidad ya exista ida y vuelta entre ambos géneros a través de estilos como el riddim o el colour bass: hacia 2010 el dubstep ya daba muestras evidentes de agotamiento y había trascendido a la música más popular, con artistas como Rihanna o Britney Spears coqueteando con producciones dubstep en trabajos como “Rated R” (2009) o “Blackout” (2007), respectivamente, y fue calando así, un poco a base de malentendidos y con fórmulas mutantes, en unos Estados Unidos que además se acababan de contagiar de la fiebre EDM tras abrir los ojos en la epifanía que fue el concierto de Daft Punk en Coachella en 2006. Con ese sentido del espectáculo, unido a la energía tan de por sí espectacular de los géneros hardcoretas y metaleros para skaters marca USA, llegó Skrillex para monsterizar la idea de bajos ingleses.
¿Cuántos BPM tiene el dubstep?
En general el dubstep usa un rango de BPMs normal para la música electrónica de club, de 130 a 160 BPMs, bastante estandarizado en torno a 140. La sensación lenta y en general renqueante y cannábica, narcotizada, que muchas veces produce, y que es fácil confundir con ritmos de 70 BPMs, se debe a sus orígenes en el 2-step y en la producción “cortada”, con el bombo y la caja estructurados cada dos tiempos en una simplificación del amen break.
¿Quién es el rey del dubstep?
Aquí hay poca discusión, simplemente porque quizá el rey del dubstep fue el único artista que consiguió –paradójicamente, pues siempre jugó la carta del misterio, el anonimato y la ocultación– imponer su individualidad en una escena que destacaba por su fuerza colectiva. Burial se hizo incluso con el prestigioso Mercury Prize británico al mejor álbum hecho en Reino Unido por su segundo trabajo, “Untrue” (2007), llevando un género subterráneo al spotlight masivo y redefiniendo por el camino, y a la manera de Aphex Twin, acaso por negación, convirtiendo voces de 2-step en material fantasmológico y samples del “Metal Gear Solid” en amasijo rítmico, lo que la música pop puede significar.
¿Por qué Skrillex ya no hace dubstep?
Pregunta trampa: sí, Skrillex sigue haciendo dubstep, y de hecho Skrillex sigue haciendo brostep. El tema aquí es el enfoque, que es en donde el productor estadounidense ha cambiado. Si antes su conocimiento y reinterpretación de la tradición del bass británico se quedaba apenas en turista, y la búsqueda de la satisfacción era siempre inmediata, su madurez le ha visto pasar de turista a integrado perfectamente en el ecosistema local. Eso significa haber entendido mucho mejor la profundidad del espectro de frecuencia de los subgraves, su rango de posibilidades expresivas… y le ha permitido no solo redimirse, también sublimarse. Su último trabajo, “F*ck U Skrillex You Think Ur Andy Warhol But Ur Not!! ɛ”, es no solo una cima en su carrera, también en el estilo: una especie de epílogo distópico de su desintegración.
¿Quiénes son algunos artistas destacados de dubstep?
En el dubstep hay una selección de productores infalibles que han exprimido hasta el tuétano las posibilidades del género, y que componen un poco su nobleza: Kode9 como el responsable de uno de los sellos fundamentales para su difusión, Hyperdub; Benga, Skream, Horsepowers Productions y Digital Mystikz como los OGs; Plastician, Ikonika o Loefah como la avanzadilla; o Shackleton, Pinch y The Bug como los grandes visionarios, trabajando siempre fuera de compartimentos estanco.
Las 10 mejores canciones de dubstep
10. “Gorgon Sound” – Horsepower Productions (2003)
Si hay un colectivo universalmente aceptado como protodubstep son los londinenses Horsepower Productions, que emergieron de un ecosistema 2-step, y del house inglés y el basslines, para diluirse en una fantasía de bajos zumbones, influencias ragga y sugerencias introspectivas que es cánon en “Gorgon Sound”.
9. “Japan” – Plastician (2007)
La relación entre Japón y el dubstep fue casi un crush instantáneo, y uno de los guiños más claros por parte de la facción británica fue este tema de Plastician que sampleaba una melodía de ehru –un instrumento de cuerda frotada de origen chino– extraída de la banda sonora de la película “La casa de las dagas voladoras”.
8. “26 Basslines” – Benga (2008)
El clásico más legendario de uno de los productores más legendarios del dubstep, con un alocado sintetizador en plan bocina y un bajo cibernético y metálico que aún hoy es marca de un dubstep desnudo y abierto a las fusiones con Chicago o Nueva York.
7. “Anti War Dub” – Digital Mystikz (2006)
Un bombo heredero del techno, un bajo de Coki tan diluido y enterrado que apenas se reconoce, un cántico ragga por parte de Mala y un reconocimiento de que las únicas guerras, contra nosotros mismos, las libraremos bailando, y nada más son los únicos ingredientes de este clásico absoluto universalmente reconocido como el himno del dubstep. Nunca ha dejado de estar vigente, por desgracia.
6. “Jellybones” – Pinch & Shackleton (2011)
Si hay dos productores que le han sabido sacar punta al dubstep sin entrar en terrenos genuinamente post, esos han sido Pinch y sobre todo Shackleton. Si el primero venía de una deconstrucción de las tradiciones del UK bass y del dub como “Underwater Dancehall” y el segundo de todos sus experimentos con Skull Disco, en ida y vuelta constante con las escenas de Berlín –el broken beat, el microhouse, el minimal techno–, en su trabajo conjunto componen un tapiz extrañamente orgánico, deudor de las aventuras de ambos en las músicas de raíz caribeña, para su híbrido de dubstep, IDM y bassline. “Jellybones” es la piedra angular.
5. “Bloodline” – Ital Tek (2008)
Hijo de la IDM y de la deconstrucción de Autechre, el enfoque de Ital Tek siempre se acercó más al apocalipsis noise de The Bug o al dark ambient de Shackleton, pero con un pulso gélido y completamente robótico que se aleja del “organicismo” de ambos, siempre apegados a fuerzas físicas y telúricas. El acercamiento del de Brighton es casi trap, símbolo del cambio de generación que vendría con el sello Planet Mu, mucho más en contacto con la electrónica experimental de Canadá o EEUU.
4. “9 Samurai (Quarta330 Rmx)” – Kode 9 (2007)
Si la original ya es trademark de la sampledelia apocalíptica y hauntológica de Kode9, alma mater del dubstep a través de su trabajo en Hyperdub y de sus propios trabajos, así como de ese subgrave enterrado y colapsante, el remix lanzado un año después marcaba uno de los acercamientos más legendarios e inolvidables de Japón –movimiento que también dio alegrías como Goth-Trad– al dubstep, oscureciendo aún más el sonido, distorsionando aún más el bajo y centrándolo todo en torno a un descompuesto sample de 8-bits.
3. “Stagger” – Skream (2006)
A Skream siempre le pareció importante dejar claros los orígenes jamaicanos del dubstep, el dub y no tanto el step, como a The Bug o a Mala. En “Stagger”, y sobre un sample del clásico ragga de 1973 de The Upsetters “Cloak a Dagger - Version 3”, el productor hace un viaje casi explicativo con los principios del género, con una construcción tensionada, un gancho dub, un drop quirúrgico, un bajo acuoso y rebotante y un final de mansión encantada de videojuego que es pura sorpresa.
2. “Disco Rekah” – Loefah (2007)
Aunque quizá no fueron los pioneros, tanto Silkie como Loefah contribuyeron a definir a qué iban a sonar, y cómo, los bajos del dubstep avanzados por productores como Coki. En “Disco Rekah”, clásico inolvidable en torno a un bajo siniestro y una percusión que incorpora elementos del hip hop experimental, Loefah además se acerca, en su caso desde el rap, a ese corta/pega en las voces que sería característico de Burial.
1. “Archangel” – Burial (2007)
Burial entendió la cinematografía del dubstep, su relación con géneros experimentales y ambientales, a la perfección, y en “Untrue” la usó para construir ese paisaje urbano degradado, consumido por la lluvia ácida, que tan característico de su música terminó siendo, y que reflejaba sus pasiones de la época, muy conectadas con las de Hideo Kojima –en esa época Burial estaba enganchado a “Metal Gear Solid”, y usó fragmentos del videojuego para construir algunos sintetizadores y efectos; hoy, “Death Stranding 2” sigue invocando esa lluvia quiral de Burial, su particular declive–. “Archangel” además emplea un corta/pega de alto voltaje emocional en las voces, sacadas de hits de garage, derivado de la sampledelia, y consigue desintegrarlas hasta hacerlas formar parte de ese paisaje fantasma, abandonado, en el que están condenadas a permanecer.
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