Las mejores canciones de 2024
Terminamos el año repasando las 20 mejores canciones del 2024. Descubre los éxitos que marcaron y definieron musicalmente este último año.
20. A$AP Rocky – HIGHJACK (feat. Jessica Pratt)
Escuchar rap con samples de indie no es nada nuevo. Al fin y al cabo, el clásico “Money Trees” de Kendrick Lamar contiene trazas del “Silver Soul” de Beach House. Childish Gambino sampleó “My Girls”, de Animal Collective, en… “My Girls”. Y bien conocida es la (antigua) buena relación de Kanye West con Bon Iver. Pero aún así, que A$AP Rocky invitara a cantar en un tema a una artista folk de (mucho) culto como Jessica Pratt no deja de resultar sorprendente y digno de celebración. Ella suena, como Jon Batiste, en una recta final cargada de rica melancolía, soulful al límite.
– Juan Manuel Freire
19. LISA – NEW WOMAN (feat. Rosalía)
Rosalía, inmersa en su era más otaku, se unía a una LISA que quería dejar atrás la estigmatizada industria del k-pop, buscando autenticidad en las ideas vanguardistas de la catalana. “NEW WOMAN” es una sinergia entre rap y pop contemporáneo con un poco de trauma: con ella, LISA se erige como una nueva mujer que toma las riendas de su trayectoria discográfica. Un featuring que ha resultado ser un win-win: la catalana entra a Asia con el apoyo del fandom más fiel, mientras que la BLACKPINK se gana el respeto de la industria occidental juntándose con la más excéntrica de las divas pop.
– Marta España
18. Jamie xx – All You Children (feat. The Avalanches)
James Thomas Smith nunca ha ocultado su amor por The Avalanches, y al menos dos temas de “In Waves” (2024) suenan mucho a ellos: “Dafodil”, cumbre de talentos en toda regla, con la participación de Kelsey Lu, John Glacier y Panda Bear, y por supuesto, “All You Children”, con aportación de los propios magos sampladélicos. Dulce monstruosidad de banger que basa casi toda su infecciosidad en un sample de coro infantil en hebreo ya usado por The Avalanches en “Sunshine”. Hemos dicho “casi”: aquí también importan esos sonidos balearic subidos de revoluciones o una estructura simplemente diabólica.
– Juan Manuel Freire
17. The Cure – Endsong
Todavía no sabemos si “Songs Of A Lost World” (2024) será el álbum final de The Cure, pero imprimamos que sí, y que su tema de cierre, “Endsong”, es también la última canción de una carrera deslumbrante. Robert Smith deja que el tema respire y vaya penetrando lentamente hasta los huesos durante más de diez minutos plagados de desolación y nostalgia de un tiempo más inocente. Los más avezados fans pueden comprobar que el tema es una continuación oficiosa de “Faith” (la canción que cerraba su álbum de 1981), pero remarcando que ya no queda ni fe, que ya no queda nada.
– David Sequeda
16. Addison Rae – Diet Pepsi
Para todas las reglas hay siempre una excepción, y si TikTok está marcando un status quo de microéxitos de 15 segundos y significando una plataforma para convertir a placer la repercusión social en un hipotético impacto cultural (o más bien industrial), Addison Rae se ha convertido en 2024 en el inesperado verso suelto. “Diet Pepsi”, entre la Madonna de “Ray of Light” (directamente referenciada) y la Rosalía menos local y más sugerente, es un himno coming of age, una epopeya universitaria con quarterbacks y polvos en el asiento de atrás, sobre pasión, deseo e incondicional rendición. Pero lo más importante: también es la canción pop más perfecta, en su sencillez, del año.
– Diego Rubio
15. DELLAFUENTE – Malicia (feat. Amore)
DELLAFUENTE ha entregado, este año, un trabajo que pone la vista en el futuro a la vez que sigue anclado en el pasado: el granaíno une tradición y modernidad, homenajeando sus raíces andaluzas mientras mira al futuro de la escena musical. “Malicia”, su colaboración con la joven murciana Amore, es un house aflamencado y muy pegadizo. Así, Della se aparece, en esta nueva etapa, como un mentor que cede el relevo a una nueva generación de pop urbano: esa montaña de la que el rapero habla en “TORII YAMA” (2024) parece más fácil de escalar de la mano de un alpinista con experiencia.
– Marta España
14. Kali Uchis – Igual Que Un Ángel (feat. Peso Pluma)
“Igual Que Un Ángel”, de Kali Uchis con Peso Pluma, es uno de los highlights del álbum en español de la primera, “Orquídeas” (2024). La canción combina pop y R&B con un ambiente retro con influencia disco, ofreciendo una melodía serena pero cautivadora. Peso Pluma sale de sus raíces de la música mexicana y adopta letras en spanglish y metáforas celestiales para celebrar un amor divino. El video musical inspirado en los años ochenta realza el aura de ensueño de la canción, mostrando a la pareja como íconos celestiales en una discoteca iluminada con luces de neón.
– Álvaro García Montoliu
13. Judeline – zarcillos de plata
Un baladón perfecto, entre el susurro y una contenida y hondísima expansión, “zarcillos de plata” es rompedora no solo por lo que cuenta, lo que es enamorarse de un camello (“Solo yo sé bien dónde guarda la placa”, “Tres de la mañana, está picando la roca”), sino por cómo lo hace, retratando con crudeza y realismo mágico y sobre un fondo onírico mazystariano (que también recuerda a la Rosalía de “Dolerme”) cada detalle de intimidad, los condones y la cena de ayer en la mesa, el panti rosa a los pies de la cama. El amor en unos zarcillos de plata olvidados a propósito sobre la mesa de un G.
– Diego Rubio
12. Sabrina Carpenter – Espresso
“Espresso” ha sacado a Sabrina Carpenter de esa fina línea entre terminar de petarlo y caerse con todo el equipo en la que se encontraba desde hacía una década. Tras publicar cuatro discos de estudio que ni fú ni fá, Carpenter renacía con un hit del verano cargado de disco-funk. Así, este primer single de su quinto LP avecinaba una nueva etapa: un poco de pin-up, un poco de man-eater… en definitiva, una nueva estética que casa muy bien con el auge de las trad wife. Letras ácidas sobre un bajo cargado de groove, que es una pena que no vuelva a aparecer en el resto del álbum.
– Marta España
11. Clairo – Sexy To Someone
“Sexy is something I see in everything: honey sticking to your hands, sugar on the rim”. Clairo Cottrill deja el pop de altos vuelos y la épica expansiva y se recoge en un trabajo sugerente, espontáneo y fresquísimo, vintage en forma pero contemporáneo en fondo, que cambia las mayúsculas por sutilezas jazz y se alinea con el renovado sonido de Vampire Weekend. Que se recrea, ejemplificado en esta preciosa canción, en los pequeños placeres de la vida, la miel y los labios. Y en el poder de imaginarlos. Muchas veces es mejor que el placer no adquiera forma corpórea.
– Diego Rubio
10. Alcalá Norte – La vida cañón
El gran himno del álbum de debut de Alcalá Norte remite a un sonido muy deudor del pop ochentero de aroma oscuro (podemos pensar en Gabinete Caligari, La Dama Se Esconde o Héroes del Silencio), pero su mayor valor diferencial está en la forma de cantar y la letra de Álvaro Rivas, que enseguida nos lleva a un Madrid del pasado, con mantillas y corridas de toros, hasta que nos damos cuenta que ese pasado está en el presente: en jóvenes pobres soñando con ser ricos, con que sus canciones les permitan vivir la vida cañón mientras ven “Yo soy Georgina”, temporada 2.
– David Sequeda
9. Billie Eilish – BIRDS OF A FEATHER
“HIT ME HARD AND SOFT” (2024) se coronaba como un álbum al que cualquier crítico musical podría tildar ‘de madurez’. Con éste, Billie Eilish se presentaba más fría, más seria, más profunda. “BIRDS OF A FEATHER” es, después de tres discos, su primera gran balada, en la que abandona los beats modernos y se acerca al alt-pop de 2010, con acordes lush, guitarras acústicas y una melodía llena de saltos y ondulaciones como no acostumbraba. Parece que incluso la más moderna recurre a la nostalgia prom cuando se trata de hacer una canción de amor.
– Marta España
8. FKA twigs – Eusexua
“Eusexua” es una exploración hipnótica de la sensualidad como estado del ser. La producción de Koreless y Eartheater es etérea y superpone la voz soprano de FKA twigs sobre ritmos palpitantes y sintetizadores con glitches, creando un paisaje sonoro a la vez íntimo y expansivo. La canción trasciende las narrativas convencionales de amor y presenta la sensualidad como un flujo eléctrico holístico, liberado de etiquetas o parejas. Vulnerable pero poderosa, “Eusexua” es la culminación del espíritu de twigs: fusionar lo sagrado y lo profano mientras desafía los límites del género. No se trata de amor, se trata de libertad, presencia y vivir plenamente a través de la energía cinética del cuerpo.
– Álvaro García Montoliu
7. Jessica Pratt – Life Is
El arrebato vocal con el que Jessica Pratt se apodera del oyente en “Life Is” contabiliza como una de las mejores experiencias sonoras del curso. Uno de los mejores cortes, sino el mejor, de su impecable último trabajo, “Here in the Pitch” (2024). Tres minutos de suspensión temporal. Esa intro de sedosa percusión que parece llevarnos a alguna pantalla pérdida de “In The Mood For Love” (2000, Wong Kar-wai), hasta que la celestial voz de la cantautora norteamericana sale al encuentro entre brisas cuasi psicodélicas. Cuando uno intenta salirse ya es demasiado tarde, el embrujo es total. Qué preciosidad de canción.
– Marc Muñoz
6. Vampire Weekend – Classical
En su primer álbum en cinco años, el maduro (en el mejor sentido) “Only God Was Above Us” (2024), Vampire Weekend parecen autohomenajearse al tiempo que miran con seguridad hacia el futuro; al menos, el futuro de su evolución musical. Sobre todo, quizá, en un tema como “Classical”. El riff principal podría haber sonado en su debut homónimo de 2006, solo que con clavicordio en lugar de guitarra. Y después del “unnatural” dan ganas de cantar “and Peter Gabriel too”, por redondear el guiño a “Cape Cod Kwassa Kwassa”. Pero estos VW son a la vez muy distintos, rugosos, libres, amigos del solo de saxofón.
– Juan Manuel Freire
5. Kendrick Lamar – Not Like Us
Fin de la partida. Lamar cerró bocas (y bocazas) con este banger de transmisión inmediata hacia lo alto de los charts. Drake besando la lona de un ridículo beef, y el de Compton aupado como dominador absoluto de la arena rap. El músico alcanzó el mayor éxito de su carrera con este temazo que sintetizaba la tradición rap de su soleada california. Cuerdas entrecortadas, quiebres rítmicos, ligereza tonal y un estribillo que invita a corearlo como en el videoclip, en la calle y con orgullo. Vaya, un misil craneal imposible de sortear. Nº1 en Pitchfork y los trofeos que quedan por venir.
– Marc Muñoz
4. KAROL G – Si Antes Te Hubiera Conocido
Gracias a su irresistible fusión de bachata y merengue, “Si Antes Te Hubiera Conocido” captura la esencia del verano con un ritmo contagioso y emocional. La letra aborda el anhelo y las oportunidades perdidas en el amor, un tema universal que resuena profundamente con el público. La canción, pues, es su manera de deshojar la margarita, de preguntarse sobre un amor que nunca fue (o ya fue) con una persona que ya está comprometida con otra. Su videoclip, grabado en República Dominicana, no solo enaltece la belleza del Caribe, sino también la autenticidad de la cultura latina, convirtiéndolo en un homenaje visual a su comunidad.
– Álvaro García Montoliu
3. Charli xcx – 360
Fue tal el impacto de “Von Dutch”, primer sencillo de “brat”, que realmente no estábamos del todo preparados para el bombardeo de iconicidad que se vendría los meses posteriores, y que realmente se desató por todo lo alto con el lanzamiento de “360” y, sobre todo, de su espectacular videoclip. Si la Charli de “Von Dutch” huía de la fama y se recreaba en su forma solipsista y caótica de ser una superestrella del pop, en “360” el giro es hacia el exterior y la ve interactuar no solo con el público, también con la industria y con la idea de ser un ídolo femenino en la cultura de Internet. Rodeada de iconos como Gabriette, Chloe Sevigni, Emma Chamberlain o la ubicua Julia Fox (“I’m everywhere, I’m so Julia”; también la vimos en Nueva York en la limusina de FKA twigs, entre otras), la británica reivindica su legado y el de su equipo (“Legacy is undebated, you gon’ jump if A.G. made it”) en una absoluta joya pop que es rebelde y vulnerable al mismo tiempo, inocente y provocadora. Cinco grados después y con muchas más sustancias encima, Charli se define como nadie: ponerse una uña es antihigiénico y bastante cutre; mejor una llave o una raya en la taza del váter. “Meet me in the bathroom”.
– Diego Rubio
2. Fontaines D.C. – Favourite
“Romance” (2024), el cuarto álbum de Fontaines D.C., sorprendió por tirar hacia todo tipo de estilos, algunos bastante inesperados. Su tema final, y segundo single, es un arrebatador hit de indie pop clásico que se basa en un sostenido riff de guitarras. Sobre él, Grian Chatten va lanzando frases entre nostálgicas y agridulces, cargadas de una personal emoción. Esta se amplifica con su videoclip, que alterna imágenes de la infancia de sus cinco miembros con otras recientes de la banda en Madrid. No queda muy claro qué le sucede al protagonista de la canción, pero de la letra se desprende cierta sensación de morriña, echar de menos una ciudad, un tiempo y, sobre todo, una persona que siempre fue su favorita; sentirse solo en el lugar en el que se encuentra, y desplazado cuando retorna a su ciudad de origen. “Did you know / Cities on return are often strange? / Yeah, and now Every time you blink, you feel it change”, canta el dublinés en un momento del tema, al que quiso conferir un carácter circular, influido por “Finnegan’s Wake”, de James Joyce, y por clásicos del pop británico como “There She Goes” (The La’s) y “Another Girl, Another Planet” (The Only Ones).
– David Sequeda
1. Chappell Roan – Good Luck, Babe!
“Good Luck, Babe!” no es solo una canción, es un reset cultural. En tres minutos y medio, Chappell Roan captura el desgarro del corazón roto, el triunfo queer y el humor mordaz, destilándolos en una obra maestra que es tanto atemporal como inmediata. Es el himno que certifica el meteórico ascenso de la Midwest Princess, quien ha pasado de ser un secreto bien guardado del indie a convertirse en la nueva integrante de la realeza pop.
La producción de Dan Nigro, conocido por su trabajo con Olivia Rodrigo, es pura alquimia: un synth-pop de alto calibre que da a Roan el espacio perfecto para deslumbrar. Esto es pop para la generación que aplaude el poptimismo, enriquecido con una teatralidad camp que potencia su encanto instantáneo. Aquí, Chappell Roan se transforma en esa reina de graduación interior –parte Kate Bush, parte icono queer moderno– entregando una actuación que es a la vez juguetona y profundamente catártica. Es, sin duda, un himno de superación personal, ideal para reponerte del plantón más devastador.
Lo que realmente distingue a “Good Luck, Babe!” es su complejidad emocional. Aunque abundan las canciones sobre amores no correspondidos y relaciones tóxicas, Roan reinventa el tropo con una mezcla de ingenio mordaz y empatía conmovedora. Dependiendo de cómo la escuches, puede ser tanto una despedida sarcástica a un ex atrapado en el armario como un gesto compasivo hacia quien lucha por aceptarse a sí mismo. Esta ambigüedad emocional hace que la canción resuene con cualquiera que haya transitado el desordenado y agridulce terreno del amor y el autodescubrimiento. En “Good Luck, Babe!”, Chappell Roan no solo entrega un himno pop: ofrece un manifiesto de liberación, resiliencia y celebración queer, coronándose como la estrella que 2024 necesitaba.
– Álvaro García Montoliu
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