Oasis

Las diez mejores canciones de Oasis

La gira de reunión del grupo de los hermanos Gallagher es la excusa ideal para repasar las mejores canciones de Oasis

| Por Juan Manuel Freire

El pasado viernes, 4 de julio, sucedió lo que muchos fans de Oasis no creían que pasaría nunca: Liam y Noel Gallagher, hermanos eternamente enfrentados, aparecieron cogidos el uno al otro sobre un escenario. Y era solo la primera noche de una estelar gira de reunión con hasta 41 fechas; muchos otros momentos insólitos podrían estar por llegar. España no figura en esta gira “Oasis ’25", pero siempre nos quedará crear una playlist con estos 10 hits de abajo y ponerla en repeat.


10. “Acquiesce” (cara-B del EP “Some Might Say”, 1995)

Oasis fue un grupo que puso igual empeño en las caras-B que en las A, como quedó claro con el recopilatorio “The Masterplan” (1998), titulado así en honor a la mejor, seguida de cerca por “Acquiesce”, originalmente acompañamiento de “Some Might Say”. Noel ha afirmado que es una canción sobre la amistad, pero la mayoría de fans siempre han querido leer en ella una oda al amor fraternal, teoría reafirmada por el no vano detalle de que los Gallagher se alternan cantando en el tema, algo bastante raro. Noel aseguró que fue solo porque Liam no llegaba a las notas más agudas.


9. “Slide Away” (“Definitely Maybe”, 1994)

Cuenta Noel Gallagher que la compuso con una guitarra Les Paul tomada prestada de Johnny Marr, antiguo The Smiths. Al sacarla de su funda y sentarse con ella, “la canción se hizo sola”, explicó el compositor principal de Oasis en el DVD publicado con motivo del décimo aniversario de “Definitely Maybe”. Quizá surgió rápido porque en ella Noel mostraba visceralmente sus sentimientos por su novia de entonces, Louise Jones, con la que tenía una relación complicada. Su mezcla de guitarras gruñonas, casi grunge, con melodía pop clásica es de lo más efectiva.



8. “Stand By Me” (“Be Here Now”, 1997)

Lo mejor (e incluso lo único bueno, dirán los más negativos) del primer disco discutible de Oasis. “Me hice una comida y vomité el domingo/ aún me queda mucho por aprender”, empieza cantando Noel en aparente referencia a la intoxicación alimentaria que se provocó a sí mismo cuando jugaba a cocinar, recién llegado a Londres. “Melódicamente me cambió la vida”, aseguraba hace poco Snail Mail en un artículo en “The Guardian” sobre el influjo de la banda. Se entiende por qué, Lindsey Jordan.


7. “The Masterplan” (cara-B del single “Wonderwall”, 1995)

La cara-B más querida de Oasis, para algunos muy superior a la cara-A (“Wonderwall”) a la que servía de respaldo. Cuando Alan McGee (jefe del sello Creation) le sugirió a Noel que igual era demasiado buena para ser relegada de esa manera, él le contestó, aparentemente, “¡Es que no compongo malas canciones!”. Este himno de lento crescendo introductorio y estribillo épico se convirtió en habitual de sus conciertos y ahora mismo abre la parte de bises de los directos de reunión.


6. “Live Forever” (“Definitely Maybe”, 1994)

El tercer single de “Definitely Maybe” (1994), primero en entrar en el Top 10 de Reino Unido, era anímicamente la pura antítesis del grunge. Al “We Die Young” de Alice In Chains respondían Oasis con un orgulloso “tú y yo vamos a vivir para siempre”. Fue una de las canciones que, lógicamente, convenció a Alan para ficharles cuando los vio tocar en el King Tut’s Wah Wah Hut de Glasgow en 1993. En su primer concierto de regreso, Oasis dedicaron la canción a Diogo Jota, el futbolista del Liverpool fallecido en accidente de tráfico.



5. “Supersonic” (“Definitely Maybe”, 1994)

Su single de debut salió rápido y barato: Noel Gallagher asegura haberlo compuesto en media hora en el estudio; técnicamente es una maqueta (nunca se regrabó) y, según el DJ de gira Phil Smith, costó tan solo cien libras. Con esa melodía tan pegadiza, toda esa energía y esos coros de Tony Griffiths (de The Real People), no hacían falta orquestas ni anabolizantes de ninguna clase. Fue la canción que dio título al documental de Mat Whitecross de 2016 sobre los años de formación y consagración de la banda (1991-1996).


4. “Champagne Supernova” (“(What's the Story) Morning Glory?”, 1995)

Ya desde su mismo título, la pieza más psicodélica jamás compuesta por Noel Gallagher. Empieza con un delicado riff acústico, pero luego se van sumando capas y capas de guitarras (el mismísimo Paul Weller se suma a la fiesta) y cuerdas para crear un clima sónico denso. Las letras son algo opacas (“¿Cuántas personas especiales cambian?/ ¿Cuántas vidas se viven de manera extraña?”); el propio Noel reconoce que no tienen sentido. No importa en absoluto.


3. “Stop Crying Your Heart Out” (“Heathen Chemistry”, 2002)

Segundo single de “Heathen Chemistry” (2002), su disco con peores reseñas, considerado digno de un 1,2 en ‘Pitchfork’ por ser una colección, dice Rob Mitchum, de ejercicios de autoplagio. Según el crítico, “Stop Crying Your Heart Out” tiene el mismo “sirope de cuerdas” que “Wonderwall”, pero a ver quién se resiste al sirope, sobre todo a esa clase de sirope. Noel puede tirar de clichés emocionales y trucos compositivos manidos, pero lo hace con una eficacia simplemente suprema. Leona Lewis grabó una versión para su disco “Echo” (2009); así es, esto es un baladón para que se luzcan los alumnos y alumnas de “Factor X”.


2. “Wonderwall” (“(What's the Story) Morning Glory?”, 1995)

Igual suena a opción fácil para un segundo puesto, pero a veces, si una canción es muy popular y sigue sonando en las radios décadas después, es por una razón. Ni siquiera Liam Gallagher parece cansarse de ella: cuando la cantó con Beady Eye en Barcelona allá por 2014, en la sala Razzmatazz, lo hizo sin pereza, o con la pereza adecuada. Todos los (pocos) elementos encajan de forma orgánica, todo funciona: piano, cuerdas, Mellotron, guitarras y pandereta. Según dijo Noel a BBC Radio 2, es sobre “un amigo imaginario que va a llegar y te va a salvar de ti mismo”. La propia canción salva vidas.


1. “Don’t Look Back In Anger” (“(What's the Story) Morning Glory?”, 1995)

Tras alcanzar el número uno con el primer single de Oasis que cantaba, Noel Gallagher se animó y lo hizo después en otros seis, pero ninguno era mejor que este. Su compositor la definió como un cruce entre “All The Young Dudes” de David Bowie y algo que, claro, podrían haber hecho The Beatles, y exactamente a eso suena. Líricamente hablando, nos advierte de la inutilidad de revolcarse en el pasado (o, en concreto, sus peores partes) y recuerda la necesidad de mirar hacia delante. Su influencia pervive: escuchad el estribillo de la reciente “A Psychic Wound” de Los Campesinos!




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