Vince Aloé

Vince Aloé, ¿la esperanza del hyperpop nacional?

Ponemos el foco en este artista emergente

Por Marcos Gendre

Proveniente de la inagotable cantera generación Z barcelonesa, Vince Aloé se postula como una de las voces que, hoy en día, demuestra un mayor potencial dentro de la barrera que separa bedroom pop de hyperpop.

Engullido en la onda C. Tangana, en modo íntimo astral, así es cómo se presenta este joven artista, empujado por la necesidad de urdir un cuaderno personal de sus vivencias ante el cambio de rol vital tras el paso por la adolescencia.

Fue en noviembre de 2022 cuando Vince Aloé se estrenó oficialmente por medio de “Déjame salir”, su primer single oficial. El mismo a través del cual abrió la puerta de su intimidad, con guiño incluido a la película de Jordan Peele del mismo título. Precisamente esa radiografía de sentirse extraño en un entorno en el cual la única opción es la salida, es el concepto subyacente en unas canciones que, como fin último, buscan la luz.

“Déjame salir” es la llave que abre el universo de este alquimista de las reglas de comportamiento pop, en la actualidad. Tanto en este sencillo como en los dos siguientes que publicó (“Una noche más” y “Curas mi corazón”, ambos ya en 2023) se palpa una realidad incipiente: la consolidación de figuras como Natalia Lacunza a la hora de establecer patrones de influencia dentro de la generación Z. Una generación marcada por las dinámicas del presentismo total.


Dentro de esta tendencia, una de las vías más concurridas por Vince es el C. Tangana más recogido. Dicha sombra resulta más que evidente en “Ángeles”, primer tramo de “Yo conmigo mismo” (Autoeditado, 2023), su EP debut, publicado el pasado 10 de mayo. A través del repóquer de canciones que lo conforman, somos testigos de una progresión instrumental marcada por una tendencia a jugar con los significantes generacionales que le han tocado, por medio de una serie de ecos que remiten al dream pop atmosférico facturado en sellos como Captured Tracks.

Aparte de tan deliciosa deriva hacia el onirismo digital de sus canciones, tampoco podemos pasar por alto ciertos tonos shoegazing y su capacidad para introducirnos en un habitáculo muy poco transitado hoy en día. Más aún cuando los consensos de actuación apuntan a los impulsos creativos nacidos de la ortodoxia alternativa del pop. En este sentido, la música de Vince Aloé se encuentra en un punto indefinido entre referencias del pasado-presente, que él cruza por medio de una necesidad expresiva alta y clara, pero excitantemente recogida. Así, tal como son descritas las canciones de su EP: “‘Yo conmigo mismo’ es una recopilación de canciones que hablan del vértigo que produce lo efímero. Ese que aparece en los encuentros con tu yo más íntimo y que nace cuando todo parece moverse de manera frenética. Del miedo al cambio y su incertidumbre. De poder, finalmente, encontrarse entre tanto ruido”.

La fusión a nivel molecular de música y concepto está perfectamente cuadrada en el susurro –invernal y cálido al mismo tiempo– del que hace gala Vince a la hora de impulsar los versos de cortes como “Quizá era eso”, última perla entre temas de los que tenemos constancia hasta el momento por parte de un músico portador de algo tan difícil de encontrar a hoy en día: cierto halo de sensibilidad muy superior a la que nuestros oídos y subconsciente está acostumbrados. Y lo consigue por medio de una producción que huye del arquetipo. Todo gracias a una habilidad innata para encontrar su nicho al lado de propuestas colindantes a la suya como la de interrogación amor.


Quizá sea con estos últimos con quien podemos establecer un paralelismo más poderoso. Los mismos con quien comparte el gusto por trascender los límites contextuales del bedroom pop e indagar en terrenos temporales que quiebran la etimología presentista mencionada anteriormente, cuando se trata de buscar males endémicos que asolan a las hornadas pop más recientes, surgidas en torno a la liturgia pop pospandémica. De hecho, no se antoja desmesurado decir que Vince Aloé es una de las esperanzas para abrir sendero hacia un mayor rango de posibilidades hacia el maremágnum de propuestas que aún están por venir.


Escrito por Marcos Gendre || Foto: Jan Jofre

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