Belén Aguilera

Belén Aguilera publica su disco más ambicioso, “Anela”

La cantante y compositora barcelonesa Belén Aguilera celebró su aniversario con el lanzamiento de un nuevo álbum

| Por Juan Manuel Freire


La cantante y compositora barcelonesa quería publicar su tercer disco el año pasado, pero finalmente “Anela” salió hace tan solo diez días, coincidiendo con el cumpleaños de la artista. Lo elaborado se hace esperar. Estas son sus canciones más sofisticadas hasta la fecha, cruce bastante atrevido de pop, R&B, electrónica e influencias líricas. Analizamos el álbum (visual) en cinco bloques.


1. El camino hasta aquí

Antes que como, simplemente, Belén Aguilera, la conocimos como The Girl And The Piano, alias con el que empezó a colgar versiones en redes hace alrededor de una década. En 2016 pasó por “La voz” (llegó a la fase de batallas en el equipo de Melendi) y al año siguiente intentó, sin éxito, entrar en “Operación Triunfo”; curiosamente, acabó siendo telonera de un concierto benéfico de la camada de esa edición en el Santiago Bernabéu.

Su discografía arranca con el EP “Dormida” (2019) y continúa con un álbum, “Como ves, no siempre he sido mía…” (2020), igual de baladista. “Superpop” (2022) se presenta ya desde su título como una historia diferente: más vitalismo y descaro, sintetizadores ochenteros o el exitoso dueto reguetonero “La tirita”, colaboración con Lola Índigo. “Cambio de piel, tengo una cara B/ Como Mística de los X-Men”, canta en “Camaleón”. Y con “Anela” confirma su condición de mutante.



2. Un nuevo estilo

En el pódcast 'Hightalks', Aguilera habló de su tercer álbum como “un cambio muy grande respecto a todo lo anterior”. Y no, no exageraba. El electropop de alta energía de “Metanoia”, su EP de 2023, da paso a una mezcla espaciosa de pop, R&B, electrónica y canto lírico. Ya en la inicial “Nacer para morir”, balada para piano y cuerdas con voz misteriosamente filtrada, se aprecia la voluntad de Aguilera de hacer algo diferente, no solo en el contexto de su propia carrera sino del pop mainstream español en general. “Como artista me gusta crear cosas nuevas y reinventar lo que soy y no quedarme en lo mismo. Es por necesidad de artista”, ha declarado en una entrevista con ‘Jenesaispop’.

Lo inquieto no quita lo efectivo: al disco no le faltan bangers de baile como “Ático”, con su bombo casi hardcore; “Laberinto”, synthpop de marcada teatralidad y barroquismo que ha producido Lionel Crasta, ingeniero de sonido en temas de Selena Gomez y Charli XCX, o una fantástica “Eclipse” en la que D3llano aporta un UK garage de ciencia ficción que admite comparaciones con Fred again.. Otros temas, como “Bruja” y “Dama en apuros”, remiten a influencias más antiguas, el R&B de los 90 y dosmiles que Aguilera escucha desde la adolescencia.


3. Aceptar la intensidad

Según explicó ella misma en Instagram, “Anela” es “una historia sobre los sueños, los deseos, la búsqueda de la identidad y las consecuencias de perseguir algo a ciegas”. Queda bastante claro escuchando las letras, pero nótese el “bastante”: esta vez Aguilera se puede servir de un vocabulario más abstracto de lo habitual.

Encontramos aquí canciones sobre perseguir un ideal lejano (y soñado), aunque eso signifique dejar atrás el refugio de lo conocido (“Nacer para morir”); atreverse finalmente a caminar en solitario, a pesar de los peligros (“Dramático”), con valentía, o las vulnerabilidades que escondemos de la vista de los demás (“Ático”). Para el final queda “Ahora que estoy bien”, en la que parece reconocer que la única seguridad es la inseguridad; se ha de vivir cómodo en esa inquietud. Es el tema que, por cierto, incluye el verso que da pie al acrónimo del título: “Aunque no exista la Arcadia”.


4. Las mejores canciones (de una carrera)

Bien acompañada por, curiosamente, productores sobre todo de reggaeton y pop latino, Aguilera ha logrado un cruce interesante de lo sintético, lo orgánico y lo directamente sinfónico. Esa mezcla alcanza su culmen en la citada “Eclipse”, en la que coquetea con el garage musculado de Bicep y la voz no está especialmente delante, sino que más bien ahoga por momentos en la mezcla. Suena arriesgado, pero suena de muerte en los probadores de H&M.

“Eclipse” debe ser la mejor canción de su trayectoria, seguida de cerca, eso sí, por “Dramático”, especie de himno disco en construcción. La producción de Joel Iglesias y Los Puche pide a gritos un beat por debajo, pero Aguilera se atreve a no darnos ese placer sencillo e impide que el tema acabe de explotar, lo que puede sonar frustrante, pero es más bien fascinante. Contención dramática. Otro día comentamos en profundidad esos ejercicios de equilibrismo vocal a medio camino entre lo aflamencado y lo soul.


5. La parte visual

En la citada entrevista con ‘JNSP’, Aguilera dice que le gusta concebir cada disco como una peli; para este, en cierto modo, ha hecho una. No se ha publicitado en exceso, pero “Anela” es un “visual album” en toda regla, disponible en su integridad en Youtube como “Anela (Obra completa)”. “Es un disco que está entendido como obra y, por eso, va también acompañado de una minipelícula, una narrativa visual que enriquece la propuesta”, explicaba la artista en entrevista con ‘Vogue’.

Producida por Santa Mónica Films, como los vídeos de “Como en un drama italiano” y “Lolita”, muestra a Aguilera como una especie de espectro adueñado de un escenario teatral. La vemos subida a un columpio cual heroína de Terrence Malick o rodeada de un dulcemente mareante grupo de bailarinas de ballet. Habrá que ver si la artista traslada este concepto a sus esperados directos en escenarios de importantes dimensiones como el Movistar Arena (dentro de nada, el 12 de octubre) o el Sant Jordi Club (8 de noviembre).






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