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rusowsky lanza su primer álbum, “Daisy”

rusowsky, uno de los puntales del nuevo pop alternativo español, publica, por fin, su debut

| Por Marta España

Tras años de expectación y una sucesión de sencillos que han marcado la escena del pop alternativo español, rusowsky presenta finalmente su primer álbum de estudio, “Daisy”. Ruslan Mediavilla, criado en Fuenlabrada con raíces bielorrusas, encontró en su habitación un laboratorio creativo, donde combinó su formación clásica con sonidos contemporáneos, dando lugar a un estilo único que fusiona el bedroom pop con elementos de R&B, reggaetón, techno, hip hop o jazz. Ha colaborado con diversos artistas como C. Tangana, con quien produjo el tema “Bien:(”, y es parte de Rusia IDK, contribuyendo al desarrollo de una escena musical vanguardista en Madrid, pero de carácter global. Después de seis años publica, por fin, su debut, conceptualizado en torno a la virtualidad del ser humano.

1. El primer ordenador que cantó

El título del álbum no se refiere a las margaritas y tampoco a un personaje histórico del cine, sino que es una referencia para melómanos cargada de simbolismo tecnológico. El nombre alude a “Daisy Bell (Bicycle Built for Two)”, una canción popular del siglo XIX que, en 1961, se convirtió en el primer tema interpretado por un ordenador: el IBM 7094, en los laboratorios Bell. El tema, además, se utilizó posteriormente en la escena final de “2001: Una odisea del espacio” (1968), cuando HAL 9000 (el superordenador que controla la nave espacial Discovery One) canta “Daisy Bell” mientras es desconectado, en un guiño hacia el IBM 7094. Uno de ellos nacía cantándola; el otro, muere interpretando la misma canción. El primer teaser del debut de Mediavilla (el primer post que aparece publicado en su Instagram) presenta a un mono virtual sobre un fondo de Windows cantando la misma canción: rusowsky toma este imaginario como punto de partida para construir un álbum profundamente atravesado por la tensión entre humanidad y tecnología. Así, la referencia a “Daisy Bell” no funciona únicamente como un guiño estético o nostálgico, sino como una clave conceptual que estructura el disco: un recorrido por voces filtradas, emociones digitalizadas y relaciones mediadas por pantallas.


2. Bedroom pop con toques futuristas

rusowsky se dio a conocer en plena época de confinamiento, cuando la falta de acceso a estudios de grabación, sumada a factores como el exceso de tiempo libre y la expansión de herramientas digitales accesibles, dio lugar a una nueva generación de productores cuya estética se cimentó en el home studio. En ese contexto, el bedroom pop (género definido por su producción doméstica, su tono introspectivo y su aparente precariedad sonora) se convirtió en una forma dominante de expresión musical. Si bien rusowsky siempre se inscribió dentro de esta corriente, desde sus inicios mostró una inquietud por expandir sus márgenes, tanto estilísticos como conceptuales. En “Daisy”, esta evolución alcanza una nueva etapa: el disco toma como punto de partida la intimidad característica del bedroom pop, pero la disloca mediante la incorporación de elementos que remiten al imaginario futurista, la cultura digital y las estéticas post-internet. El álbum oscila entre texturas sintéticas (efectos que distorsionan las vocales, procesamiento digital, hyperpop) y recursos melódicos de corte más tradicional, como el uso de progresiones armónicas suaves, arreglos clásicos o estructuras pop convencionales. Esta tensión produce un espacio sonoro ambiguo: una vez más, una especie de oposición entre el hombre y la máquina.


3. Colaboraciones que expanden el relato

En un proyecto que reflexiona sobre las identidades digitales o la hibridez cultural y se inscribe en una generación marcada por la nostalgia, la participación de múltiples artistas no puede entenderse solo como una estrategia para sumar visitas. La aparición de Las Ketchup en “Johnny Glamour”, por ejemplo, funciona como un guiño irónico y afectuoso a una etapa de la música pop española marcada por la nostalgia, lo kitsch o la incomprensión. Su participación, además, subvierte el canon de lo cool, algo bastante en la moda de la escena a la que pertenece. Por su parte, en “BBY ROMEO” aparece Ralphie Choo como colaborador habitual de rusowsky: Rusia IDK, el sello discográfico de ambos, está marcado por la colectividad que, finalmente, ha situado a todos los artistas dentro de una escena de carácter global. Así, Kevin Abstract y Ravyn Lenae también participan en “Daisy”, internacionalizando el proyecto.


4. Formación clásica con un enfoque contemporáneo

Lejos de limitarse a una estética lo-fi o a las fórmulas más accesibles del pop, rusowsky introduce recursos armónicos propios del jazz, contrapuntos y otras estructuras que rehúyen lo moderno. “Kinky Fígaro” es una obertura en la que los arreglos orquestales de cuerda se funden con capas electrónicas más adelante, sin que una dimensión ahogue a la otra. rusowsky estudió piano desde muy joven y, tras una sólida formación en música clásica, puede experimentar con libertad sobre los valores del pop electrónico, pero sin perder la cohesión formal que otorgan años de disciplina académica.


5. Una única fecha en España

rusowsky presentará “Daisy” en una única fecha en España, consolidando el lanzamiento a través de la exclusividad y la expectación. El concierto se celebrará el 25 de septiembre de 2025 en el Movistar Arena de Madrid. Sin embargo, sí que llevará su propuesta artística a un público internacional con una serie de conciertos en Estados Unidos. Las fechas confirmadas incluyen el 6 y el 7 de junio en Brooklyn, el 11 de junio en Chicago y el 13 de junio en Hollywood.

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